Alianzas y cooperación para el agua y la salud
Se necesitan alianzas alineadas a nivel científico, estratégico y operativo para optimizar y acelerar el logro de los resultados positivos que puede aportar el sector del agua, saneamiento e higiene en términos de salud.
Es esencial que los centros sanitarios cuenten con servicios de agua, saneamiento e higiene en perfecto funcionamiento para garantizar una asistencia segura y de calidad, pero dichos servicios se han visto descuidados hasta hace poco, debido a la fragmentación institucional. Los esfuerzos realizados a raíz del COVID-19 se han aprovechado cada vez más para reforzar políticas, normativas e inversiones en servicios de agua, saneamiento e higiene.
El agua, el saneamiento y la higiene son cruciales para la salud y el bienestar humanos
Los datos mundiales muestran que, a medio plazo, El progreso medio necesita avanzar cuatro veces más rápido para alcanzar el objetivo de proporcionar a todo el mundo agua, saneamiento e higiene gestionados de forma segura (WASH) en 2030.
A pesar de la interdependencia que existe entre el sector del agua, saneamiento e higiene y el de la salud, existen lagunas en la coordinación y gobernanza, debido a que dichos sectores recaen en el ámbito de competencia de ministerios, autoridades locales, organizaciones internacionales, ONGs y actores del sector privado distintos a todos los niveles.
Sorprendentemente, todavía existen grandes brechas en el WASH básico, con 1.800 millones de personas que utilizan instalaciones de atención médica que carecen de servicios básicos de agua y 800 millones que utilizan instalaciones sin baños.
El progreso requiere la cooperación de una amplia gama de partes interesadas, como los responsables políticos, ingenieros y científicos, profesionales de la salud, veterinarios, agricultores, donantes, ONG, ciudadanos y corporaciones privadas.
El programa mundial de erradicación de la poliomielitis es un ejemplo bien establecido de una alianza en salud con laboratorios de aguas residuales, que utiliza las aguas residuales como parte de un enfoque más amplio de vigilancia y control. El tratamiento de las aguas residuales de las comunidades, los centros de salud, la producción de plantas y animales y la fabricación de antimicrobianos también limita la aparición y propagación de la resistencia antimicrobiana. Las alianzas en todos los ámbitos políticos que abordan el ciclo de vida de los productos nocivos son esenciales para reducir la contaminación del agua a fin de salvaguardar la salud humana y los ecosistemas acuáticos.
El cambio climático está provocando un cambio en los riesgos de salud relacionados con WASH - particularmente para enfermedades transmitidas por mosquitos donde las larvas se reproducen en recipientes de agua y aguas residuales no contenidas. La colaboración entre y dentro de las instituciones debe fortalecerse para integrar la gestión de riesgos climáticos y de desastres en las políticas y prácticas nacionales. Las experiencias con emergencias de salud pública recientes y en curso, incluidos los brotes de COVID-19, Ébola, Zika y cólera, destacan la centralidad de WASH en los esfuerzos de preparación, preparación, respuesta y recuperación.
Las asociaciones débiles entre los sectores de WASH conducen a pérdidas significativas en eficiencia, a pesar de sus obvias interdependencias. Las asociaciones mejoradas alineadas en los niveles científico, estratégico y operativo son especialmente necesarias para optimizar y acelerar resultados de salud positivos a través de WASH.
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