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UNESCO promueve intercambio de experiencias sobre enfrentamiento a desastres en archivos y biblioteca de Cuba

A pocos días de que culmine la temporada ciclónica de este año, especialistas y tomadores de decisiones de archivos y bibliotecas cubanas hicieron un alto para dialogar sobre las estrategias en curso para el enfrentamiento a situaciones de emergencias y desastres.
“No se puede subestimar la fuerza de la naturaleza. Nuestros planes de gestión de riesgos consideran las vulnerabilidades y dan respuesta a lo que pueden ser daños potenciales, pero en ocasiones el agua llega hasta donde no imaginamos y tenemos que buscar alternativas para salvar al máximo posible nuestros documentos”.
Así resumía Arién González Crespo, directora de la Biblioteca de la Casa de las Américas, la premisa de su institución en el enfrentamiento a desastres naturales.
Ubicada en una zona vulnerable, muy cerca del malecón habanero, la Biblioteca de Casa de las Américas es blanco frecuente de inundaciones y huracanes de gran intensidad, que ponen en alerta al personal de la institución cada temporada ciclónica para garantizar que su valioso acervo documental sea preservado para los cientos de usuarios que visitan anualmente la sala de lectura.
Por su condición de isla ubicada en la región del Caribe, Cuba está expuesta a peligros asociados al paso de fenómenos hidrometeorológicos. En años recientes, se observa además una mayor prevalencia de movimientos sísmicos, fundamentalmente en la zona oriental del país.
En ese contexto, el Taller “Los desastres y el patrimonio documental cubano. Acciones orientadas a fortalecer la resiliencia, prevenir y mitigar los daños”, organizado de conjunto por la Oficina Regional de Cultura y el Archivo Nacional de Cuba, tuvo el objetivo de proveer un espacio de diálogo entre especialistas de archivos y bibliotecas, centros de investigación e instituciones de respuesta temprana a situaciones de emergencias y desastres, con el fin de analizar las estrategias más comunes en el enfrentamiento a fenómenos naturales y otros peligros que pesan sobre el patrimonio documental.
Una síntesis de los resultados de los estudios sobre peligro, vulnerabilidad y riesgos desarrollados por la Agencia de Medio Ambiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología y medio Ambiente (CITMA) desde el año 2007 permitió conocer las zonas más vulnerables del país y generar un intercambio sobre las medidas específicas que pueden tomar las institucionales enclavadas en esas áreas para hacer frente a los peligros más comunes.
Igualmente, una presentación a cargo del especialista de la Defensa Civil Cubana, Don Exímides Barreiro Manes, encuadró la protección del patrimonio documental en el marco más amplio de medidas encaminadas a salvaguardar los bienes nacionales en caso de emergencias y desastres y actualizó a los asistentes sobre las nuevas directivas que prepara la Defensa Civil para mejorar la respuesta ante situaciones de este tipo.
Por su parte, el Archivo Nacional hizo un llamado a atender amenazas para la integridad del patrimonio documental que suelen tener un carácter más lento y silencioso, como es el caso de la proliferación de agentes fúngicos debido al aumento constante de las temperaturas y la humedad en los depósitos de archivo.
En un escenario de cambio climático, donde las temperaturas aumentan y varían los patrones de humedad, hay un peligro creciente asociado a la proliferación de hongos, el cual requiere de medidas específicas para preservar los documentos y la salud de las personas, afirmó la Dra. Sofía Borrego, Jefa del Laboratorio de Conservación Preventiva, basándose en resultados de investigaciones desarrolladas por el Archivo Nacional y la Sociedad Cubana de Alergia y Asma sobre la prevalencia de hongos en entornos de archivo y su impacto en la salud humana.
El taller también abrió un espacio de reflexión sobre la necesidad de elaborar planes de gestión de riesgo y de respuesta a situaciones de emergencia y desastre que tomen en cuenta el estrés que experimentan las personas que participan en la respuesta inmediata cuando se enfrentan a un panorama de destrucción y daño de los fondos documentales.
“Hemos visto especialistas de alto nivel paralizarse momentáneamente ante el horror y el dolor por lo que ven. Los planes deberían considerar ese estrés para prever sus acciones en tal sentido”, afirmó una de las participantes.
Como resultado del espacio de diálogo facilitado por UNESCO y el Archivo nacional de Cuba, surgió la idea de someter a consideración del gobierno el preposicionamiento de deshumidificadores y otros equipos destinados al control de factores ambientales como la temperatura y la humedad, para asistir de forma temprana a instituciones de memoria afectadas por eventos hidrometeorológicos. Igualmente, se sugirió incluir en esa estrategia el preposicionamiento de materiales de restauración como el papel secante u otros, que permitan atender las afectaciones inmediatas.
Los especialistas participantes en el Taller abogaron asimismo por redoblar la coordinación entre las instituciones de memoria en situaciones de emergencia, de modo que se puedan movilizar en el menor tiempo posible los recursos necesarios para asistir a aquellas afectadas por un desastre.