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Los jóvenes y estudiantes africanos pasan a la acción en favor de la educación de las niñas gracias a una campaña de la UNESCO
“Quiero estudiar para convertirme en médico porque quiero salvar vidas”, afirma Suzan, estudiante de segundo ciclo de educación secundaria, de 16 años, originaria de Kamuli (Uganda). Pero al quedar embarazada corría el riesgo de abandonar la escuela y de no realizar su sueño de convertirse en médico.
Durante el confinamiento debido a la COVID-19 en Uganda, los matrimonios y embarazos precoces de las adolescentes aumentaron en diferentes partes del país. La Uganda Child Helpline (Servicio de Asistencia Telefónica para los Niños) también conocida como Sauti (un servicio gubernamental de alerta, seguimiento, respuesta y orientación ante los casos de maltrato infantil), señaló 800 casos de abusos sexuales entre enero y mayo de 2020, y fundamentalmente el aumento de los embarazos de adolescentes. Según el responsable sanitario del distrito a cargo de la salud materna e infantil, se registraron más de 3.100 embarazos de adolescentes en Kamuli entre agosto de 2020 y enero de 2021.
Los jóvenes intervienen en favor de la educación de las niñas
La (AASU), miembro de la Coalición Mundial para la ܳó, en colaboración con su asociado La campaña de los 100 millones y en coordinación con las autoridades locales, aúnan sus esfuerzos para llevar la campaña de la UNESCO “” a 29 países africanos con el objetivo de garantizar que las niñas embarazadas continúen su aprendizaje, regresen a la escuela en cuanto sea posible y puedan desarrollar su potencial.
Muchos padres y miembros de la comunidad creen que para las niñas embarazadas la educación ha llegado a su fin, y a menudo estas niñas se ven obligadas a abandonar la escuela y a casarse inmediatamente. Según la AASU, muy pocas madres jóvenes vuelven a la escuela después de dar a luz debido a la estigmatización, mientras que algunas escuelas no aceptan que las niñas embarazadas vuelvan a matricularse, incluso después de que el Organismo Nacional de Exámenes de Uganda autorizó a las niñas embarazadas que cursan el último año a inscribirse y pasar los exámenes finales.
“A través del continente, los jóvenes llevan a cabo iniciativas que tienen una repercusión sostenible en sus respectivas comunidades”, declaró Claudia Quartey, responsable de la oficina sobre cuestiones de género de la AASU.
Algunos jóvenes y estudiantes militantes se han implicado en sus países respectivos, sirviendo de coordinadores nacionales de la campaña e incitando a los gobiernos y responsables políticos africanos para que suministren un acceso equitativo a la educación para todas las niñas. Una formación integral se llevó a cabo con miras a reforzar las capacidades de los coordinadores de los países sobre temas tales como la discriminación basada en cuestiones de género, la acción comunitaria y la promoción a escala local.
Conozca a la coordinadora nacional Lynda Eunice Nakaibale
“Quería dar más voz de las niñas cuya educación había quedado interrumpida y luchar por su igualdad de derechos en la educación”, afirma Lynda, una joven militante de 26 años del mismo distrito que Suzan.
Lynda se sintió motivada a unirse a la campaña como coordinadora nacional porque tuvo la misma experiencia al crecer y luchar por su propia educación. “Cuando cumplí 16 años mi padre se negó a pagar los gastos de mi escolaridad y mi madre tuvo que encontrar los medios para garantizar la continuidad de mi aprendizaje”, nos cuenta Lynda. “No obstante, mi padre siguió pagando los gastos de escolaridad de algunos de mis hermanos, algo que me parecía injusto. Siempre creí que, al igual que mis hermanos, merecía asistir a la escuela”.
Lynda y su equipo han proporcionado a Suzan los gastos de escolaridad, una tutoría para que permanezca en la escuela y termine sus estudios, así como consejos psicosociales para ayudarla a responder a sus necesidades emocionales y sanitarias durante su embarazo. Lynda también ha sensibilizado a los padres de Suzan, así como a sus docentes acerca de la importancia de la educación de las niñas, y ha hecho hincapié en la necesidad para Suzan y otras niñas que se encuentran en una situación similar de que continúen sus estudios.
Gracias a su implicación en los esfuerzos que lleva a cabo la campaña, Lynda ha encontrado la oportunidad y la plataforma adecuada para ayudar a cambiar las mentalidades en lo relativo a la educación de las niñas en su comunidad. “He notado un cambio considerable en las actitudes de los líderes culturales, religiosos y locales, de los docentes, los padres y las niñas con respecto a la educación de las niñas’, dice.
“Ver hasta qué punto las partes interesadas se han implicado y se implican en la defensa del derecho a la educación de las niñas en sus diferentes espacios, me devuelve la esperanza en un futuro mejor para las niñas de Uganda”.
A punto de realizar su sueño
“El papel que desempeñan los padres en la promoción de la educación de las niñas es fantástico”, afirmó Lynda. Para Suzan el apoyo que ella y sus padres recibieron fue crucial durante el embarazo, así como la implicación y el apoyo de sus padres. Estos aceptaron que volviera a la escuela, algo que devolvió a Suzan la confianza que necesitaba para poder concentrarse en sus estudios y continuar su educación.
Tras la intervención de Lynda, Suzan se inscribió y se presentó a los exámenes finales un mes después del nacimiento de su hijo. Espera que esto pueda ayudarla a realizar su sueño de convertirse en médico y está deseosa de obtener su diploma de estudios superiores.
A la espera de los resultados del examen, Suzan ha compartido con las niñas de su comunidad su experiencia, los desafíos y la estigmatización que significa ser una madre joven. Espera que su ejemplo las inspire para que se centren en sus estudios y no abandonen la escuela. Conversa a menudo con sus compañeras sobre este tema en casa de sus padres.
La campaña “Las niñas en primer plano” organizada por la AASU ha desempeñado un papel determinante en la difusión de informaciones acerca de la importancia de la educación de las niñas en las escuelas y comunidades, y el regreso de numerosas niñas a la escuela. Lynda y otras coordinadoras de los países han trabajado incansablemente para garantizar la continuidad del aprendizaje de las niñas y su regreso a la escuela, trabajando a menudo en contextos difíciles y en medio de una pandemia persistente. Sus acciones constituyen una prueba del poder que tienen los jóvenes para influir en el cambio.
“Es importante que los agentes gubernamentales y no gubernamentales, así como los asociados internacionales del desarrollo se inspiren de historias ejemplares como la de Lynda y Suzan”, afirma Peter Kwasi Kodjie, secretario general de la AASU. “Debemos incluir a los estudiantes y jóvenes militantes en el desarrollo y la puesta en marcha de las soluciones locales ante los problemas sociales generalizados”.
Más información
- de la Coalición Mundial para la ܳó