En 2023, 1,3 millones de personas en todo el mundo se infectaron por el VIH, además de los casi 40 millones de personas que ya viven con el VIH, según un . En Áڰ Oriental y Meridional, donde vive Henriette, el 27% de los nuevos casos de infecciones por VIH se producen entre mujeres jóvenes y adolescentes de 15 a 24 años, que tienen tres veces más probabilidades de contraer el VIH que los hombres jóvenes de la misma edad.
La educación, en particular el aprendizaje sobre la salud y el bienestar, no solo es un derecho, sino también una potente herramienta que ayuda a prevenir nuevas infecciones por el VIH, los embarazos adolescentes, la violencia de género y el matrimonio infantil.
Como embajadora de O3 Plus en el marco del programa de la UNESCO Nuestros derechos, nuestras vidas, nuestro futuro, Henriette lidera los esfuerzos de promoción de la educación sanitaria y la prevención del VIH y trabaja como consejera de sus compañeros de universidad.
Lo que Henriette ha podido descubrir a través del asesoramiento
Por haber crecido con su abuela, durante los primeros años de vida Henriette tuvo muy poco intercambio e información sobre temas relativos a la salud sexual y reproductiva sobre los cuales el silencio era la norma. “Nunca hablamos del VIH y el SIDA”, reflexiona. “En la escuela, las clases de preparación para la vida abordaban estos temas de modo teórico, pero faltaban los aspectos prácticos sobre la prevención y el diálogo abierto”.
No fue hasta la universidad, cuando se convirtió en asesora de sus compañeros que la perspectiva de Henriette cambió radicalmente: “Empezar a asesorar a mis compañeros me hizo abrir los ojos”, afirma. Fue entonces que descubrió que los jóvenes solían tener más miedo al embarazo que al VIH, un reflejo del estigma social y de la ausencia de síntomas visibles durante las primeras fases del virus.
“Me di cuenta de que tenemos un dilema: si las personas tienen demasiado miedo a hablar de los métodos preventivos, especialmente de los preservativos, no erradicaremos el SIDA ni conseguiremos un cambio significativo. Tenemos que hablar más de la transmisión horizontal, esto se puede prevenir y evocar de la misma manera que abordamos la transmisión vertical”.
Impulsar el cambio y erradicar el estigma
Gracias al apoyo del programa O3 Plus de la UNESCO, Henriette recibió formación, incluido el desarrollo de capacidades, e información sobre la salud y el bienestar. Esto le ayudó para apoyar a sus compañeros de la universidad. Sus iniciativas y conversaciones informativas con los estudiantes, junto con la distribución activa de preservativos en eventos que tienen lugar en el recinto universitario y la utilización de las redes sociales para educar sobre su uso correcto, marcan la diferencia de manera tangible.
Mediante su trabajo como consejera, Henriette ayuda a erradicar el estigma que existe sobre el uso del preservativo en el recinto universitario. “Cuando las personas me ven, ven preservativos”, bromea, destacando la confianza y el sentimiento de seguridad que ha conseguido crear entre sus compañeros.
“Ahora, los estudiantes se sienten libres para hacerme todas las preguntas que deseen y yo las responderé lo mejor posible y, cuando sea necesario, les orientaré hacia servicios especializados. Se trata de romper el silencio y de normalizar este tipo de conversaciones”.
Más allá de la sensibilización
Su experiencia como consejera entre pares y como estudiante de medicina durante las prácticas en los hospitales, atendiendo a enfermos de SIDA en fase terminal, la incitó a convertirse en una gran defensora de la prevención del VIH y de un futuro mejor para las jóvenes de Namibia.
Para Henriette, la lucha contra el VIH no consiste sólo en sensibilizar, sino en cambiar las mentalidades. “Tenemos que lograr que el hecho de saber el estado serológico se convierta en algo normal”, afirma, insistiendo en la importancia de las pruebas periódicas y la prevención precoz.
También aboga por una mayor participación de los jóvenes en las iniciativas a escala de la comunidad. “Cuando te unes a un programa o a una ONG, no solo ayudas a los demás: también aprendes sobre tu propia salud y animas a tus amigos para que hagan lo mismo”.
Su mensaje es claro: la prevención del VIH requiere de un esfuerzo colectivo. Ya sea mediante la educación, el asesoramiento entre pares, la promoción pública o las conversaciones, todos y todas tienen un papel que desempeñar con miras a reducir el estigma y en favor de la prevención de nuevas infecciones.