Historia

Ningún niño o niña sin estudiar: la experiencia de Lima Aprende

Con la llegada de miles de migrantes, refugiados y desplazados venezolanos, a fines de 2018 la Dirección Regional de ܳó de Lima Metropolitana, en Perú se planteó saber con más detalle cuanta matrícula extranjera tenían, así como cuántas solicitudes de vacantes en escuelas públicas de la capital peruana estaban pendientes de atender. Esta acción era importante, considerando que Lima concentra un tercio de la población estudiantil nacional.

Históricamente el sistema educativo público de Lima ya tenía brechas de atención educativa, es decir, más demanda que oferta, lo que se agudizó con la llegada masiva de migrantes. Los números que emanaron de las primeras averiguaciones plantearon una necesidad urgente: se precisaba ampliar los cupos en educación inicial y primaria para hacer realidad el derecho a la educación de miles de niños, niñas y adolescentes peruanos, venezolanos y de otras nacionalidades.

Así nació en 2019 Lima Aprende, una respuesta del Estado peruano a la brecha educativa, iniciativa que sigue siendo implementada por la Dirección Regional de ܳó de Lima Metropolitana y del Ministerio de ܳó del Perú en una intervención a nivel local en la cual se invirtieron inicialmente casi cinco millones de dólares.

La UNESCO habló con Katia Rojas, coordinadora de gestión e implementación de la Dirección General de ܳó de Lima Metropolitana y con Angélica Zevallos, coordinadora de proyectos en la Dirección General de Gestión Descentralizada del Ministerio de ܳó del Perú para conocer los primeros resultados de esta iniciativa pública de inclusión educativa que recibió el premio por Buenas Prácticas de Gestión Pública 2020.

Tras hacer el primer diagnóstico ¿con qué se encontraron?

Angélica Zevallos: La iniciativa nació por el impacto en el sistema educativo de la migración venezolana. Cuando se elaboró el proyecto, este apuntó a cerrar brechas educativas en Lima, ya sea de peruanos o extranjeros. En los análisis de 2018 y 2019 encontramos que las vacantes que se necesitaban para atender la brecha eran 10.000, entre educación inicial y primaria.

 

¿Qué hicieron con la cifra al frente?

Angélica Zevallos: El Ministerio de ܳó peruano tiene un programa nacional que se hace cargo de las brechas educativas, conocido como Programa Presupuestal de Acceso. Pero tiene una implementación anual con una metodología de largo plazo. Así que se decidió desarrollar una intervención ad-hoc específica, inmediata, para poder atender la brecha.

Lo primero que hicimos fue identificar y seleccionar escuelas. Necesitábamos saber cómo estaba distribuida la población estudiantil venezolana en Lima, cuáles eran las instituciones educativas que tenían condiciones para ampliar vacantes y así habilitar los recursos. En coordinación con las Unidades de Gestión Educativa Local (UGEL), se seleccionaron escuelas en zonas con más demanda estudiantil. Se consideraron aquellas con aulas disponibles en el turno de la tarde, evitando aquellas con infraestructura en condiciones inadecuadas. Asimismo, se buscó que el director de la escuela estuviera de acuerdo con la implementación de la estrategia, ya que implicaba cambios en la gestión escolar.

En el primer año (2019) se abrieron 10 mil vacantes en los niveles de inicial y primaria. En el segundo año (2020), 16 mil vacantes adicionales, y se incluyó a la educación secundaria.

 

¿Cómo difundieron la existencia de las vacantes?

Angélica Zevallos: Cuando se aprobaron los recursos para el proyecto, entre mayo y julio de 2019 se anunció en radio y televisión que Lima Aprende tenía vacantes para un año escolar alternativo que se iniciaba en junio. Construimos una página web con información sobre el sistema educativo peruano, con los pasos para acceder a una vacante y el listado de escuelas participantes. Esta web incluía un mapa para que las familias encontraran la escuela Lima Aprende más cercana.

La estrategia más importante de comunicación fue la comunitaria, con el director de cada escuela como actor principal. Así, se elaboraron guiones para que las y los directores grabaran audios y videos para compartirlos en redes sociales y en otros espacios públicos como radios locales, mercados y establecimientos con alta afluencia de gente. También se diseñaron afiches y volantes para entregar a las familias. Y convocamos voluntarios de distintas instituciones, entre ellas ONG de la comunidad venezolana, y se organizaron movilizaciones en las calles y puerta a puerta, para promocionar la estrategia. Fue un trabajo de hormiga que logró llegar las familias que lo necesitaban.    

¿Qué elementos financia el proyecto Lima Aprende?

Angélica Zevallos: En 2019, la estrategia cubrió el financiamiento de personal docente, subdirectivo y auxiliares de educación. También cubrió el personal de limpieza y guardianía, así como el presupuesto para luz, agua, material de limpieza y educativo. El presupuesto asignado cubrió también al equipo implementador en la Dirección Regional de ܳó (7 personas), así como un equipo itinerante de convivencia escolar (43 personas), que trabajaron divididos en 10 equipos compuestos por dos psicólogos, un trabajador social y un docente,  un coordinador general y otras dos personas líderes de esos equipos.

 

¿Y qué lograron?

Angélica Zevallos: En 2019 se matricularon 6.200 estudiantes para 400 aulas ampliadas de la estrategia. La mitad eran estudiantes de nacionalidad venezolana y la mayoría de los demás, peruanos. Tuvimos también niños y niñas argentinos, colombianos, chilenos y ecuatorianos. Algunas aulas estuvieron completamente llenas (entre 30 a 35 alumnos) mientras otras albergaron entre 14 y 16 alumnos.

Capacitamos a docentes y directores de las 120 escuelas con mayor población extranjera de Lima Metropolitana. Para ello se consideró la información recogida en la plataforma SISEVE sobre casos reportados de violencia escolar. Estas acciones se enmarcan en el Decreto Supremo 004-2018-MINEDU, que aprueba los Lineamientos para la Gestión de la Convivencia Escolar, la Prevención y la Atención de la Violencia Contra Niñas, Niños y Adolescentes. La labor de los equipos itinerantes de convivencia escolar en las escuelas fue muy valorada por los directivos y docentes. Lamentablemente en 2020, debido a recortes presupuestarios a raíz la pandemia, no se pudo continuar con esta experiencia.

 

¿Cómo manejaron los problemas de documentación migratoria y educativa?

Katia Rojas: La falta de documentos o requisitos para efectuar la matrícula no restringe el acceso al servicio educativo. La normativa establece el uso de una declaración jurada para aquellos niños, niñas y adolescentes que no cuenten con documentación, entre ellos los extranjeros. Asimismo, desde la Dirección Regional de ܳó de Lima (DRELM) informamos a las escuelas sobre la normativa vigente de matrícula y atención de la población migrante. Sin embargo, es importante que se regularicen los documentos antes de que el estudiante termine su trayectoria educativa, para que no existan inconvenientes en la emisión del certificado de estudios.

 
¿Cómo resolvieron las dificultades para diagnosticar el nivel escolar de cada estudiante?

Angélica Zevallos: La norma que regula la Evaluación de las Competencias de los Estudiantes de ܳó Básica incluye un procedimiento llamado “prueba de ubicación” que se lleva a cabo en cada escuela cuando un menor no cuenta con la documentación que acredite el último grado cursado. Esta evaluación determina el nivel de logro de los aprendizajes de los estudiantes para el grado de estudios que le corresponda.

Lima Aprende trabajó de la mano con los directores para brindarles asistencia técnica para el desarrollo de estas pruebas de ubicación y reforzar los aspectos de la normativa vigente en cuanto a estudiantes extranjeros. Una de las acciones desarrolladas fue la elaboración de preguntas por nivel que sirvan de apoyo a los directores cuando la demanda por pruebas de ubicación fuera muy alta.

 

¿Cómo se ha apoyado a las comunidades educativas en cuanto a inclusión y diversidad?

Katia Rojas: El equipo de convivencia escolar realizó acciones para el contexto específico de escuelas interculturales e inclusivas a través del apoyo de 10 equipos interdisciplinarios de convivencia escolar (EIC), conformados cada uno por dos psicólogos, un docente y un trabajador social. Ellos atendieron a las 190 escuelas de Lima Metropolitana con mayor cantidad de población migrante.

Los equipos brindaron capacitación docente en prácticas de autocuidado, resolución de conflictos y prevención de la violencia y discriminación y dieron asistencia técnica a directivos y comités de tutoría y orientación educativa. También contribuyeron a que las familias manejaran los canales de reporte de violencia y contaran con estrategias de disciplina positiva para el trato con los niños, niñas y adolescentes, así como estrategias de identificación de factores de riesgo.

Adicionalmente, en el marco de la gestión de los aprendizajes, se brindó asistencia técnica en aspectos normativos y pedagógicos; asimismo, se realizaron talleres extracurriculares con el apoyo de estudiantes voluntarios de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ellos visitaron las escuelas y brindaron talleres extracurriculares, sobre conservación del ambiente y convivencia y bien común. También capacitamos a directivos, docentes y funcionarios en interculturalidad, educación en emergencias, metodologías de trabajo con población migrante, entre otros temas.

 

¿Cuál es el reto para la formación docente para afrontar estos temas?

Katia Rojas: Desde hace algunos años los docentes han sido capacitados por el sector ܳó para trabajar enfoques curriculares de interculturalidad y diversidad a partir del Currículo Nacional de la ܳó Básica (CNEB), dado que durante la formación inicial docente no están incluidos tópicos de migración ni el enfoque socioemocional. Por esta razón existe la necesidad de realizar capacitación dirigida a directivos y docentes sobre habilidades blandas o socioemocionales y para el trabajo con población migrante, desde la aplicación de la normativa para el acceso al servicio educativo, en la metodología para el desarrollo pedagógico en aula y la promoción de la sana convivencia escolar.

Niños venezolanos y peruanos en escuelas limeñas

¿Cómo han estado funcionando en pandemia?

Katia Rojas: Al inicio de la pandemia trasladamos las actividades a la modalidad virtual. Así hemos brindado capacitación a directivos, docentes y funcionarios de Unidades de gestión Educativa Local (UGEL) con especial enfoque socioemocional. Se ha brindado capacitación para la contención emocional, la de ellos mismos y para contener a la comunidad educativa.

Las dificultades han tenido que ver con la conectividad, pero los directivos nos han contado que los docentes han establecido sus redes para poder contactar a estos niños que han tenido dificultades. También los docentes atienden en diferentes momentos del día porque los niños tienen diferentes horarios, y se está haciendo seguimiento para que puedan continuar con el servicio educativo.

Angélica Zevallos: La matrícula de niños, niñas y adolescentes no ha parado en pandemia. Como parte de una estrategia nacional de cierre de brechas, en mayo del 2020 se implementó desde el Ministerio de ܳó un proceso excepcional de matrícula, a través del cual más de 110 mil niños, niñas y adolescentes pudieron acceder a una vacante en una escuela pública. La mayoría de ellos provenía de la educación privada, ya que por razones económicas causadas por la pandemia no podían continuar afrontando las mensualidades. Esta intervención fue relevante, porque 1 de cada 3 estudiantes en Perú y 1 de cada 2 en Lima estudian en una escuela privada. En este proceso se recibieron más de 4.000 solicitudes de niños, niñas y adolescentes extranjeros.

 
¿Cuáles han sido los aprendizajes en la construcción de este programa?

Angélica Zevallos: Hemos aprendido que sí se pueden sacar adelante proyectos grandes y valiosos en poco tiempo. Ha sido muy complejo en términos normativos, presupuestales y operativos. Nadie pensó que se podía implementar un año escolar paralelo y los logros de la implementación de Lima Aprende demuestran que ante una problemática importante y urgente sí se pueden desarrollar estrategias pertinentes y eficientes en corto plazo.

En temas de inclusión e incorporación de población extranjera a las aulas sabemos que todavía hay mucho por hacer, pero sabemos también que las capacitaciones, asistencias técnicas y la propia implementación de la estrategia Lima Aprende han calado en las escuelas de Lima Metropolitana. Recuerdo que al final de una sensibilización sobre temas migratorios, un docente se me acercó y me dijo “gracias por este evento, antes no sabía cómo tocar temas de migración en el aula y ahora tengo las herramientas para hacerlo”.

Katia Rojas: Hemos aprendido que los agentes de la comunidad educativa deben ser más inclusivos, porque Lima Aprende no es solamente para venezolanos o peruanos. Tenemos muchas diversidades que están llamadas a convivir en la escuela. Este es el principal aporte de este programa donde todos son bienvenidos, donde todos podemos aportar.

 

¿A qué desafíos se enfrentan?

Angélica Zevallos: Luego del segundo año de ampliación de vacantes en 2020, el Ministerio de ܳó realizó el Proceso Excepcional de Matrícula. La planificación e implementación de esta intervención fue un proceso veloz, que tomó como aprendizaje a las acciones realizadas por la estrategia Lima Aprende. Se lanzó una plataforma nacional donde las familias de cualquier nacionalidad podían solicitar vacantes. Con este proceso, se ampliaron 50.000 vacantes en Lima. Sumando dos ampliaciones de vacantes realizadas mediante la estrategia Lima Aprende en el 2019 y en el 2020, Lima ha ampliado 76.000 vacantes en escuelas públicas tanto en educación inicial, primaria como secundaria.

El reto es lograr que en estas nuevas aulas los aprendizajes sean de calidad, que las escuelas continúen aprendiendo sobre inclusión y se pueda reducir la discriminación. Otro reto es poder implementar estrategias similares a Lima Aprende en otras regiones del país.

 

Ustedes fueron galardonados con el Premio de Buenas Prácticas en la Gestión Pública. Aparte de ese reconocimiento ¿Cuáles han sido las principales satisfacciones?

Katia Rojas: Una satisfacción especial ha sido escuchar a los directivos y brindarles orientación para el trabajo con las y los estudiantes migrantes. En esta etapa de pandemia hemos podido acercarnos a los directivos de una forma distinta al escucharlos, no solo en aspectos laborales, sino ante la fragilidad de la pérdida de algún ser querido.

Nuestros directivos están agradecidos por la oportunidad de acceso, ya que al fin pueden brindar vacantes a los niños cuyas familias no encontraban un cupo.  A partir de la estrategia Lima Aprende han podido atenderlos.

Angélica Zevallos: los momentos de mayor satisfacción han sido durante mis visitas a las escuelas Lima Aprende, cuando vi a los niños y niñas en sus aulas, las que meses atrás no existían. Es ahí cuando se siente que el esfuerzo ha valido la pena.

En muchas oportunidades hemos conversado con las familias. Una madre de familia me dijo “no imaginé que llegando a Perú me iban a recibir así, no me imaginé que iba a tener a mis hijos estudiando tan rápido. Y si este programa no hubiera existido, probablemente habríamos perdido un año escolar”. Ver a los niños y niñas estudiando, aprendiendo, ejerciendo su derecho a una educación de calidad, es lo más importante para los que formamos parte de este equipo.