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La sesión por el Día Mundial de la Libertad de Prensa arroja luces sobre los desafíos que enfrentan los periodistas desplazados y exiliados
El 3 de mayo, durante la celebración de la UNESCO por el 30º aniversario del Día Mundial de la Libertad de Prensa (WPFD), unos 60 periodistas, delegados de la ONU, donantes y expertos en el desarrollo de medios de comunicación se reunieron para debatir acerca de los desafíos que enfrentan los periodistas desplazados y exiliados para responder mejor a estos.
Organizada por el Programa Internacional para el Desarrollo de la Comunicación (PIDC) de la UNESCO, las Misiones Permanentes de la República Federal de Alemania y de Suecia ante las Naciones Unidas, respectivamente, la sesión “Periodismo en movimiento: trabajadores de los medios de comunicación desplazados a la primera línea de defensa de los derechos humanos” resaltó las amenazas que enfrentan los periodistas en tales situaciones, por parte de quienes las conocen mejor. Tres periodistas que trabajan en contextos cambiantes y peligrosos, junto con expertos en el área, abordaron los desafíos existentes sobre el terreno, posibles respuestas innovadoras y lo que los gobiernos y organismos intergubernamentales podrían hacer para proteger mejor a los trabajadores de los medios en primera línea. Anne Nelson, investigadora y ex directora del Comité para la Protección de los Periodistas, moderó el panel.
Cartografiar el contexto y lidiar con él
“Tras el golpe de 2021, se volvió casi una norma que periodistas tuvieran que huir de Myanmar y continuar su trabajo desde el exilio”, dijo Khin Wai, Directora del Exile Hub y MiCT Fellowship for Critical Voices en Myanmar. Pero la situación cotidiana de periodistas independientes y voces críticas que ahora buscan refugio es todo menos normal.
Muchos enfrentan múltiples órdenes de aprehensión y obstáculos jurídicos y logísticos, como ser permisos de entrada, visas de trabajo y barreras lingüísticas. Comentó que, a menudo, el costo de la relocalización puede ser de dos a tres veces el salario de un periodista, aún más para aquellos que se mudan con su familia. Sin embargo, los familiares y los bienes que se dejan atrás enfrentan amenazas directas de las autoridades militares y gubernamentales, quienes tratan de impedir la cobertura, incluso de los periodistas que huyeron del país.
Su intervención estuvo acompañada por una exposición de la serie de fotos miembro de MiCT Critical Voices y ganador de la Sección del Sudeste Asiático y Oceanía del World Press Photo Award 2023.
En Ucrania, los periodistas se encontraron en la primera línea de la guerra y la ocupación desde el año pasado. Muchos se encuentran ahora desplazados dentro del país. Sergiy Tomilenko, presidente del Sindicato Nacional de Periodistas de Ucrania (NUJU, por sus siglas en inglés), detalló la afluencia masiva de solicitudes de asistencia a periodistas a medida que escalaba el conflicto, solicitudes que superaron con creces las capacidades y recursos de NUJU en ese momento.
Con el apoyo de la UNESCO y la Federación Internacional de Periodistas, NUJU estableció una red de seis “centros de solidaridad” para satisfacer las necesidades más urgentes de los periodistas. Luego de los primeros pasos para proporcionar casas seguras y directrices para la evacuación, los centros ahora se utilizan como salas de redacción para periodistas desplazados, que pueden acceder a oportunidades de capacitación, asistencia financiera y legal, así como apoyo psicológico. El apoyo del PIDC permitirá una iniciativa similar para espacios seguros en Pakistán -para periodistas afganos- y en América Latina.
Las amenazas a los periodistas también trascienden las zonas de conflicto activo, como resaltó la experiencia de José Luis Sanz y el medio digital salvadoreño El Faro. Allí, investigaciones y amenazas dirigidas a periodistas, inclusive acusaciones por lavado de dinero, llevaron a los periodistas a huir temporalmente del país en numerosas ocasiones desde el año pasado. En abril de 2023, El Faro decidió trasladar su estructura financiera y legal a Costa Rica, incluso cuando la mayoría de su personal permaneciera en El Salvador.
Atacar a los periodistas es parte de una estrategia más amplia para debilitar la democracia, no es una reacción. Es parte de una estrategia para debilitar uno de los pilares fundamentales de la democracia.
Cada una de las experiencias presentadas evidenció necesidades y desafíos únicos, desde Myanmar pasando por Ucrania hasta El Salvador. Sin embargo, tal como la reportera Celeste Katz Marston describió en su artículo “) y relató en el panel, existen numerosos puntos comunes entre los periodistas exiliados y desplazados en el mundo entero. Se preocupan por la seguridad de amigos y familiares en casa, quienes a menudo son amenazados, mientras que al mismo tiempo tratan de mantener contacto con sus fuentes. La verificación de la información desde el terreno se torna mucho más difícil para aquellos que se fueron y los medios deben encontrar formas innovadoras de acceder tanto a apoyo financiero, como a sus audiencias.
Y, de manera significativa, “los periodistas no quieren hablar de sí mismos”, comentó Katz Marston. "No quieren ser la historia, por lo que tienden a minimizar sus propios problemas". Es una mentalidad similar que hace que el estrés y el trauma sean tan difíciles de abordar, como enfatizó Tomilenko, incluso cuando existe apoyo psicológico disponible. Pero para la mayoría de los periodistas en estos contextos, agregó Tomilenko, proporcionar información que puede salvar vidas "no es un negocio, es una misión", incluso en las comunidades más vulnerables y difíciles de alcanzar.
Tomar medidas
Al reconocer las muchas y variadas amenazas que enfrentan, el fortalecimiento de la seguridad de los periodistas sigue siendo fundamental para cualquier apoyo a medios libres, pluralistas e independientes. La embajadora Anna Brandt, presidenta del PIDC, aseveró: “Tenemos que seguir protegiendo a los periodistas—el oxígeno de nuestra sociedad—sus derechos humanos y libertades fundamentales, especialmente a aquellos que están desplazados y exiliados”.
En cada caso, los oradores describieron las redes de apoyo actuales y los mecanismos de afrontamiento junto a la larga lista de desafíos: crear centros de apoyo para periodistas que huyen de Myanmar y desplazados dentro de Ucrania, reubicar las estructuras institucionales para proteger mejor a los medios de las amenazas legales y, por lo tanto, garantizar la capacidad de las salas de redacción para seguir pagando a sus periodistas, entre otros.
Anna Lührmann, Ministra de Estado para Europa y Clima de la República Federal de Alemania, hizo énfasis en que los gobiernos tienen la responsabilidad de ayudar a satisfacer estas necesidades urgentes, a través de medidas como la apoyada por Alemania. También destacó la necesidad de aumentar los esfuerzos políticos para facilitar los requisitos de visado y promover la seguridad de los periodistas, por ejemplo.
La moderadora Anne Nelson cabalmente resumió: a medida que los ataques contra periodistas continúan siendo ágiles, así también debe ser nuestra respuesta a tales ataques.
Lea más sobre el trabajo en curso de la UNESCO/PIDC para fortalecer la seguridad de los periodistas í.