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El turismo cultural y creativo hoy

El turismo creativo permite generar nuevas oportunidades para aquellas actividades centradas en la creatividad que incorporan la propiedad intelectual y abarcan desde la artesanía tradicional a las complejas cadenas productivas de las industrias culturales. Plantea combinar la tradición con la innovación tomando la creatividad como hilo conductor, para detonar un desarrollo mediante la participación y la generación de oportunidades para la comunidad.

Jordi Tresserras,

Experto en gestión del patrimonio cultural y turismo cultural y creativo

 

En la revisada , conocida como la Carta del País Vasco de 2015 (en sustitución de la Carta de Lanzarote de 1995), se incluye el “turismo cultural y creativo como motor de un desarrollo turístico sostenible a través de una gestión responsable del patrimonio cultural –material e inmaterial-, las artes y las industrias culturales y creativas, desde una visión transversal y global de las convenciones culturales de la UNESCO”.

El turismo, si cuenta con una planificación y una gestión adecuada, trae consigo beneficios económicos, sociales y ambientales, que pueden mejorar la calidad de vida de las comunidades, así como generar oportunidades de empleo, al tiempo que se preserva el patrimonio cultural urbano y se contribuye al desarrollo de la economía creativa (Bandarin y Van Oers, 2014; Buitrago y Duque, 2013; ICOMOS, 2016; UNESCO, 2016; Tresserras, 2004, 2014).

En este sentido, la UNESCO plantea un enfoque holístico para el desarrollo de un turismo sostenible que integra valores naturales y culturales, especialmente en lo referente a la gestión de los sitios inscritos en la o en su lista indicativa, las Reservas de la Biosfera y las Ciudades Creativas (ver tabla 1). Se considera fundamental generar oportunidades para que la comunidad local sea la principal beneficiaria impulsando si es necesario acciones de fortalecimiento de capacidades e instrumentos para que sea posible.

La (2016) ha fijado dos objetivos generales en el ámbito del turismo cultural: que sea responsable, integrador y sostenible, contribuyendo al desarrollo socioeconómico de las comunidades locales y mejorando su bienestar, y que contribuya al enriquecimiento y a la conservación de la identidad cultural del destino, promoviendo intercambios transculturales entre los visitantes y la comunidad de acogida, así como el fomento y la preservación del patrimonio cultural.

La Nueva Agenda Urbana (NUA), el Acuerdo de París y los de la Agenda 2030 de Naciones Unidas reconocen el creciente papel protagónico de las ciudades en el desarrollo competitivo de los países, la acción contra el cambio climático, y la disminución de la desigualdad. Asimismo, dentro del ODS 11, Ciudades y comunidades sostenibles, junto con los desafíos ambientales, se reconoce la importancia de redoblar los esfuerzos por proteger y salvaguardar el patrimonio cultural y natural.

El desarrollo del turismo cultural y creativo, en el marco de políticas de turismo sostenible orientadas a crear puestos de trabajo y promover la cultura y los productos locales, permitiría también implementar el ODS 8, que promueve el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos, así como el ODS 12, que garantiza modalidades de consumo y producción sostenibles.

Al concepto del turismo cultural se le añadió el turismo creativo definido por Greg Richards y Crispin Raymond (2000), como “el turismo que ofrece a los viajeros la posibilidad de desarrollar su potencial creativo participando activamente de cursos o experiencias características del lugar de su estancia”. Es una modalidad turística centrada en la creatividad que implica la participación e interactividad del turista que suele desear incluso no ser turista, quiere ser viajero o sentirse local. Este tipo de turistas desarrolla su potencial creativo a través del aprendizaje, la creación o la exhibición de su talento mediante el formato de experiencias turísticas singulares.
 
Mérida, Ciudad Creativa 

 

La se puso en marcha en 2004 para promover la cooperación hacia y entre las ciudades que identifiquen la creatividad como factor estratégico de desarrollo urbano sostenible. Cubre siete ámbitos creativos: artes digitales, artesanía y artes populares, cine, diseño, gastronomía, literatura y música.

De las 246 ciudades que actualmente integran la red, ocho corresponden a México (ver tabla 2). Todas ellas tienen como objetivo común posicionar la creatividad y las industrias culturales en el centro de su plan de desarrollo local y cooperar activamente a nivel internacional en la materia, incorporando el turismo creativo como una de sus líneas de acción.

En la región, Mérida fue reconocida como Ciudad Creativa Gastronómica, como una apuesta para posicionar la gastronomía yucateca, tanto los productos locales como la cocina tradicional y creativa. Una de las principales características es la implantación de un sello gastronómico para los restaurantes basado en tres criterios: el consumo local (no solo centrado en los productos agroalimentarios sino también en relación con otros temas como los equipamientos de cocina, despensa y sala, tanto los utilitarios como de decoración, así como la música en sala); la sostenibilidad medioambiental; y la comunicación (tanto al cliente como al personal y a proveedores).

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Turismo creativo

 

En turismo creativo podemos diferenciar entre la creatividad como trasfondo o la creatividad como actividad. Supone generar experiencias turísticas relacionados con la artesanía, el cine, la danza y el baile, el diseño, la fotografía, las lenguas, la literatura, la gastronomía, la pintura, el teatro.

El turismo creativo basado en la creatividad como actividad se considera un turismo de nueva generación, precisamente por la interacción, es decir, el turista deja de ser un mero observador para obtener su experiencia en primera persona. Esta experiencia puede ser desde el contacto directo con el creador a ser parte de la creación mediante la oportunidad de desarrollar su potencial creativo a través de la participación activa en visitas, cursos y experiencias formativas características del destino turístico que han elegido. A este hecho se suma el interés de creadores amateurs organizados y de profesionales que quieren visitar territorios creativos de referencia no solo para observar e interactuar con otros creadores sino para crear e incluso coproducir con los creadores locales.

Así se consolidaron las bases de las primeras iniciativas de turismo creativo que procuraban encontrar un espacio adecuado para realizar un concierto, una exposición, facilitar un encuentro con corales de la localidad, conocer artesanos y artistas locales, compartir un taller, aprender o perfeccionar una técnica artística. En definitiva, abrían todo un abanico de posibilidades.

Entre las tipologías del turismo creativo podríamos diferenciar:

  • La participación de los creadores en proyectos turísticos en formatos de co-branding.
  • El contacto directo con los creadores que permite compartir experiencias. A las jornadas de talleres abiertos, noches blancas, se suman visitas con creadores para conocer clusters o distritos de industrias culturales y creativas e incluso personal shoppers que permiten realizar compras especializadas en establecimientos de diseño, moda, arte contemporáneo.
  • El aprendizaje: cursos y talleres. Personas interesadas en la realización de cursos de introducción o perfeccionamiento, que pueden ser amateurs o profesionales. Destacan los cursos de pintura (painting holidays).
  • Experimentar las tradiciones culturales de un lugar.
  • Participar de experiencias colectivas.
  • La creación. Residencias artísticas en lugares que permitan el desarrollo de la creatividad.
  • La exhibición del talento.
  • La promoción de la creación en destino, como por ejemplo las comisiones fílmicas.

En la Red de Ciudades Creativas de la UNESCO antes mencionada se dan las dos modalidades, aunque el turismo creativo es aún incipiente.

En definitiva, el turismo creativo permite generar nuevas oportunidades para aquellas actividades centradas en la creatividad que incorporan la propiedad intelectual y abarcan desde la artesanía tradicional a las complejas cadenas productivas de las industrias culturales. Es decir, además de articular transversalmente en una línea de negocio las actividades de la economía creativa forman a la vez parte de ella.

La economía creativa, y por ende el turismo creativo, van más allá de la simple comercialización. Plantea combinar la tradición con la innovación tomando la creatividad como hilo conductor, impulsando el desarrollo mediante la participación y la generación de oportunidades para la comunidad.

En las experiencias de turismo que ofrecen las comunidades rurales e indígenas en sus emprendimientos se incluye, pero sin hacer mención específica, por lo que su articulación contribuiría a generar visitantes interesados en esta modalidad complementaria al enfoque ecoturístico actual.

Dzí

  • Bandarin F.y Van Oers R. (2014). El paisaje urbano histórico. La gestión del patrimonio en un siglo urbano. Abada Editores. Madrid.
  • Buitrago P.F. y Duque I. (2013). La economía naranja: una oportunidad infinita. Banco Interamericano de Desarrollo. Washington.
  • ICOMOS (2016). Cultural Heritage, the UN Sustainable Development Goals, and the New Urban Agenda. Consejo Internacional de Monumentos y Sitios - ICOMOS. París.
  • Organización Mundial del Turismo (2016). Alianza entre turismo y cultura en el Perú – Modelos de colaboración entre turismo, cultura y comunidad. Madrid. 137 p. [última consulta 21.01.2021].
  • Richards, G. (2011). “Creativity and tourism: the state of the art”, en Annals of tourism research. 38 (4): 225-53.
  • Richards, G. and Raymond, C. (2000). “Creative Tourism”, en ATLAS News 23, 16 – 20.
  • Tresserras Juan J. (2004)." La tematización de las ciudades: el uso de la cultura en las estrategias de desarrollo local y promoción del turismo urbano", en Turismo y Sociedad 3: 71-85. Universidad Externado de Colombia. Bogotá.