El Jardín de Villa Ocampo
El jardín de Villa Ocampo se proyectó, al igual que la casa, en la última década del siglo XIX. Su diseño estuvo a cargo del Ingeniero Manuel Ocampo, padre de Victoria. Originariamente, el jardín de esta casa de veraneo era aún más extenso que el actual; hoy el conjunto arquitectónico cuenta con una superficie de 11.000 m2.
Cada vez me gustan más las plantas y me siento más cerca de ellas y más feliz en su compañía. No hay estación en la que no esté mirando lo que pasa en la tierra, quiero decir en la tierra de mi jardín.
Cuando Victoria se muda a Villa Ocampo en 1941, no sólo hace modificaciones en la casa y el terreno sino que retira la cancha de tenis existente y planta, junto a árboles hoy centenarios, nuevas especies arbóreas que aportan diversidad y originalidad al jardín. Cultiva diferentes plantas de exquisitos aromas como gardenias, jazmines, caña de ámbar y fresias, entre otras. Victoria fue amante y fiel conocedora de todo lo que cultivaba en su jardín.
El parque conforma un espacio de transición y vinculación entre la casa, la galería, la barranca y el río. Se encuentra ubicado en lo alto de una planicie, e incluye un sector que desciende por la barranca. En el pasado, dicha cuesta conectaba el jardín con la extensión del terreno que llegaba a los bajos inundables característicos de la ribera del Río de la Plata.
Entre 2004 y 2005 se realizaron los trabajos de recuperación y puesta en valor del jardín, coordinados por la Dra. Sonia Berjman, la Arq. Ana María Ricciardi y el Lic. Eduardo Ottaviani. El 8 de marzo de 2005, junto con la planta baja de la casa, se inauguraron y abrieron al público los exteriores .
En su recorrido podemos encontrar árboles característicos de los cascos de estancia y grandes parques de Argentina. Los típicos Olmos, Ulmus americana y Robles americanos, Quercus robur, una imponente Araucaria australiana, Araucaria bidwillii, las tradicionales Magnolias, Magnolia grandiflora, la Sequoia sempervirens, un Liquidambar styraciflua, dos grandes Ombúes, Phytolacca dioica y un enorme Olivo, Olea eropea, entre los principales.
El jardín cuenta con numerosos ejemplares de palmeras, como Phoenix canariensis o Washingtonia filifera. También nos encontramos con un Tala, Celtis tala y un Coronillo, Scutia buxifolia, plantas nativas que brotaron naturalmente. También testigos del paisaje originario de la zona, fueron plantados Ombúes, Phytolacca dioica.
En los últimos años, se plantaron una nueva generación de árboles para sustituir los de antaño; a destacar algunos ejemplares, tales como dos Gingkos, Gingko biloba, y un Eucaliptus.
El jardín posee muchas especies arbóreas de gran valor ornamental y elementos decorativos como “La Diana”, el aljibe, el mirador y la fuente en el pelouse central que invitan a sus visitantes a recorrer este remanso de paz situado entre San Isidro y Béccar.
Todos ellos componen, junto a la naturaleza del sitio, un jardín único, de gran valor histórico y patrimonial bajo el cuidado del Observatorio UNESCO Villa Ocampo.