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Sudáfrica, un laboratorio a escala mundial para aprender la EDS en el ámbito de la pobreza
¿Cómo pueden coadyuvar las experiencias de aprendizaje de ܳó para el Desarrollo Sostenible (EDS) a fomentar determinados desafíos del desarrollo sostenible en las comunidades económicamente desfavorecidas? ¿Cómo hacer hincapié en los valores, comportamientos y cambios en el modo de vida, así como en las pedagogías innovadoras y en los entornos de aprendizaje basados en la tecnología, en el contexto de países en vías de desarrollo y de individuos que deben hacer frente a desafíos económicos?
Para debatir sobre estos tópicos, la UNESCO congregó a expertos internacionales e interlocutores locales, entre los días 13 y 15 de junio, en Stellenbosch, una ciudad de la provincia del Cabo Occidental de Sudáfrica, situada a unos 50 kms. al este de Ciudad del Cabo. Este es el tercero de un conjunto de cuatro simposios acerca del futuro de la EDS. Dichos simposios han sido diseñados para generar ideas novedosas y garantizar la significación y continuidad de la EDS más allá del Programa de Acción Global (2015-2019). Existen numerosos asentamientos informales situados en esta región, entre los que figuran el de Khayelitsha, uno de los más grandes del mundo, así como el de Enkanini. La visita a ambos asentamientos constituyó el momento álgido del simposio.
El evento de tres días de duración estimuló el pensamiento libre, el diálogo y el intercambio de historias, relatos y perspectivas entre interlocutores locales y especialistas externos de diferentes disciplinas. Se debatió en qué medida los métodos en vigor utilizados por EDS resultan provechosos en el contexto de la pobreza y de los temas que debe abordar la UNESCO en materia de la EDS de cara al futuro.
Los 19 participantes provenientes de 14 países (Australia, Austria, Canadá, Egipto, Alemania, Indonesia, Japón, Kenya, República de Corea, Marruecos, Países Bajos, Nigeria, Sudáfrica y Zimbabwe) representaron diferentes ámbitos, entre los que figuran el jurídico, los medios de comunicación, los asentamientos urbanos, la economía, los servicios comunitarios, la formación de jóvenes y docentes, todos bajo el denominador común de la perspectiva de sostenibilidad.
La colaboración entre los individuos como condición para la supervivencia
Durante el primer día, los participantes se reunieron en el Instituto para la Sostenibilidad, un centro de aprendizaje situado en Stellenbosch, con el objetivo de conocer los antecedentes históricos de la región y la labor del Instituto. Dicho en pocas palabras, la planificación urbana no ha podido satisfacer las necesidades de una población que ha crecido en una proporción inesperada durante y después del fin del Apartheid, cuyas consecuencias han sido el hacinamiento, las condiciones de vida miserables y las tasas elevadas de delitos y violencia en dichas comunidades.
El grupo visitó luego la escuela secundaria Kayamandi, situada a proximidad de la localidad de Enkanini que cuenta con unas 8,000 viviendas. Los docentes explicaron las dificultades a las que tuvieron que hacer frente para realizar su labor educativa en dicha comunidad. “Fuera de la escuela, los niños limitan sus vidas a tratar de sobrevivir”, afirmó uno de ellos. “Las actividades educativas se limitan a las aulas ya que los niños no pueden seguir estudiando fuera de éstas”. Esta situación denota la imperante necesidad y la importancia de los programas educativos que toman en cuenta los entornos específicos, en particular los desafíos en los planos económico y medioambiental.
Durante la visita a la localidad de Enkanini, Berry Wessels, director del Centro de Investigaciones de Enkanini, mostró a los participantes el proyecto iShack. Dicho proyecto, utiliza la energía solar para demostrar el potencial de las tecnologías ecológicas con miras a mejorar las condiciones de vida en las localidades y en los asentamientos informales, y para fomentar la capacidad empresarial y la resiliencia en el plano de la comunidad. Desde su creación, en octubre de 2013, el proyecto iShack ha suministrado electricidad a más de 1,000 viviendas. "La gente se siente motivada a colaborar con nuestro proyecto sostenible porque necesita sobrevivir", explicó, a la vez que hizo énfasis en la necesidad de examinar y replantear los programas más concretos relacionados con la sostenibilidad y con la EDS en el marco de la vida y cotidianeidad de las personas.
La EDS necesita hacer frente a la planificación urbana como condición esencial para la vida.
Durante el segundo día, los participantes visitaron la localidad de Khayelitsha, uno de los barrios marginales de mayor extensión en el mundo y una de las localidades con más rápido crecimiento en Sudáfrica, con una población que se estima alcanza más de 2 millones de personas. El 40% de sus residentes tienen menos de 19 años de edad y sólo el 7% más de 50. Khayelitsha es una de las zonas más pobres de Ciudad del Cabo. Aproximadamente, más de la mitad de las personas viven en asentamientos informales.
Los líderes locales de la Red de Asentamientos Precarios (ISN, por sus siglas en inglés), una alianza formada entre organizaciones consagradas a las cuestiones de la pobreza, llevaron a cabo una presentación en la que hicieron énfasis en las necesidades para la EDS de abordar un espectro más amplio de cuestiones que atañen al desarrollo sostenible, tales como la urbanización, la explotación, la tierra, el desplazamiento, la desigualdad, así como la violencia y la inseguridad. También expresaron hasta qué punto es vital disponer de una educación sanitaria básica, de programas profesionales y de una enseñanza que abarque la planificación urbana con miras a mejorar las condiciones de vida de la localidad.
Uno de los hechos más sobresalientes del simposio fue la visita efectuada a una escuela primaria que acoge a unos 1,100 niños en la localidad de Khayelitsha. Se invitó a unos 20 niños para que conversaran con los participantes. Cuando se les preguntó en qué consistían sus sueños con miras al futuro, una niña respondió: "Quiero ser policía porque a mi madre le robaron". Por su parte, otro estudiante añadió: "Quiero más seguridad en la comunidad. No deseo que asalten a las personas y pienso que hay que ocuparse más de los niños". Una vez más se hizo evidente que es necesario que la EDS aborde las cuestiones prioritarias del desarrollo sostenible tales como la violencia y la inseguridad en la esfera de la comunidad, así como la capacitación de las personas para que logren ser diferentes por sí mismos.
El ODS4 y el ODS17 en el punto de confluencia de los 15 objetivos restantes
Durante el tercer día, los participantes de la reunión reafirmaron en qué medida es crucial que la EDS aborde la cuestión fundamental de la dignidad humana y de los derechos humanos. Pocos pusieron en duda la cuestión de volver a definir la EDS desde perspectivas tales como la calidad, la gobernanza y los contextos integrados, con miras a incorporar el sustento de las personas, en particular de los más vulnerables. Otros afirmaron que debería estudiarse el vínculo entre la comunidad y la escuela.
Como señaló el Sr. Arjen Wals, director de la Cátedra UNESCO de Aprendizaje Social y Desarrollo Sostenible, “se trata de una oportunidad única para la EDS y los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, ya que el ODS 4 en cuestiones de ܳó y el ODS 17 sobre colaboración se hallan en el punto de confluencia de los 15 objetivos restantes". La creciente demanda para que en el futuro la EDS cobre mayor “relevancia, responsabilidad, sensibilidad y capacidad analítica" es una realidad concreta en los contextos de pobreza.
La profesora Heila Lotz-Sisitka, de la Fundación Nacional Sudafricana para las Investigaciones del Centro de Investigaciones sobre Aprendizaje Ambiental de la Universidad de Rhodes añadió: "Sudáfrica es un microcosmos del planeta – multimillonarios vs. pobreza. Debemos dedicar tiempo a evocar no sólo de la pobreza, sino también la cuestión de la distribución de la riqueza. Sudáfrica puede ser considerada como un laboratorio a escala mundial".