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¡Cuenca celebra su XXV Aniversario como Patrimonio Mundial!

El 28 de noviembre de 2024, Cuenca celebró con gran fervor cívico su vigésimo quinto aniversario como Patrimonio Mundial.
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La ceremonia, encabezada por el alcalde Christian Zamora Matute, comenzó con la colocación de una ofrenda floral en el hemiciclo del Parque Calderón, en el mismo lugar donde se encuentra la placa que conmemora la inscripción del Centro Histórico de Santa Ana de los Ríos de Cuenca en la Lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad, otorgada por la UNESCO en 1999.

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A continuación, los asistentes disfrutaron de un recorrido acompañado por un cuentacuentos, quien relató de manera dinámica y entretenida varias leyendas locales. La narración estuvo acompañada por la música de la banda municipal, y músicos que animaron el recorrido desde los balcones, y culminó en la Plaza de San Sebastián. A lo largo del recorrido, los ciudadanos, desde sus calles empedradas y balcones, se sumaron con entusiasmo a esta fiesta patrimonial, demostrando su profundo orgullo por su herencia histórica y cultural.

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La sesión solemne tuvo lugar en el Museo Municipal de Arte Moderno, donde se entregaron reconocimientos a los portadores de saberes que han mantenido vivas las tradiciones culturales y artesanales del patrimonio intangible de la ciudad y han realizado aportes significativos a la conservación y fortalecimiento del patrimonio cultural de Cuenca: Juan Encalada, artesano alfarero; Mario Campos, artesano del mármol; y Fanny Yunga, artesana de la pirotecnia.

La presea “Cuenca Patrimonio Cultural de la Humanidad” fue entregada al exalcalde Fernando Cordero, cuya gestión municipal fue clave para que la ciudad obtuviera este reconocimiento por parte de la UNESCO. Durante la ceremonia, Cordero compartió el proceso de preparación del expediente presentado a la UNESCO, un esfuerzo colectivo que recordó como uno de los momentos más gratificantes de su mandato.

Por su parte, el alcalde Christian Zamora expresó con orgullo el sentimiento de la ciudadanía cuencana hacia su centro histórico, señalando que la inscripción en la Lista del Patrimonio Mundial fue un hito fundamental en la historia de la ciudad. Invitó a todos los cuencanos a seguir protegiendo su patrimonio para las generaciones futuras.

En su intervención, la representante de la UNESCO en Ecuador, Tatiana Villegas, reafirmó el compromiso de la organización con la Municipalidad de Cuenca para continuar implementando la Convención del Patrimonio Mundial de 1972, con el objetivo de asegurar la protección de los atributos que sustentan la declaratoria de este bien cultural único en Ecuador.

Villegas felicitó a la Alcaldía de Cuenca por su incansable labor en la preservación y promoción de su excepcional patrimonio cultural, destacando que, gracias a estos esfuerzos sostenidos, Cuenca sigue siendo un ejemplo vivo de la armonía entre historia, arquitectura y comunidad, consolidándose como un símbolo del compromiso con la memoria y la identidad colectiva de la humanidad.

El Patrimonio Mundial posee un carácter excepcional debido a su alcance universal; los sitios de este tipo pertenecen a todos los pueblos del planeta.

En el marco de las celebraciones, la UNESCO y la Alcaldía de Cuenca anunciaron el lanzamiento del concurso fotográfico “Cuenca: 25 años como Patrimonio Mundial”, con el objetivo de resaltar la rica historia, la diversidad cultural y los valores excepcionales de la ciudad y la Reserva de Biosfera del Macizo del Cajas, reconocida como tal en 2013. El concurso invita a fotógrafos, tanto aficionados como profesionales, a capturar con sus lentes la belleza y singularidad del patrimonio cultural y natural de la ciudad. Este certamen también busca involucrar a la ciudadanía en la reflexión sobre la importancia de preservar su patrimonio, promoviendo un sentimiento de pertenencia y responsabilidad.

La jornada concluyó con una vibrante fiesta de pirotecnia y música, destacando que esta celebración no solo es una oportunidad para mirar hacia atrás con orgullo, sino también para renovar el compromiso colectivo hacia el futuro. Así, se asegura que las generaciones venideras puedan disfrutar de este tesoro cultural en su máxima plenitud.