BENAA-Egypt

Historia

Cómo una fundación egipcia construye aulas verdes con toda la comunidad

“La educación debe resultar agradable”, afirma Rasha Emad Eldin, cofundadora de BENAA y directora del proyecto. “Es por esto que al diseñar un aula la concebimos como un espacio donde los niños puedan disfrutar del recorrido y ser felices dentro de un lugar sostenible”.

La fundación egipcia , con sede en El Cairo, tiene como objetivo desarrollar las capacidades de los jóvenes mediante proyectos sostenibles en Egipto y la región del Oriente Medio y Norte de África. Bajo el lema “Construir capacidades, construir comunidades”, su labor se centra en sensibilizar e implicar a la comunidad en sus actividades. En 2020, la fundación, junto a un equipo de líderes juveniles del ámbito de la EDS participantes en la “” organizada por la UNESCO, dirigió un proyecto de construcción de un aula verde como centro de aprendizaje no convencional a partir de botellas plásticas utilizadas como ladrillos y arcilla para conseguir el aislamiento térmico.

Rasha Emad Eldin, cofundador de la Fundación, explica que debieron hacer frente a grandes desafíos al iniciar el proyecto. Desde recoger suficientes botellas de plástico como soporte del proyecto, hasta incluir la sostenibilidad y los efectos que pudiera tener a largo plazo el uso de botellas en la construcción, pasando por la escasez de referencias en materia de construcción a partir de residuos sólidos en Egipto. “Sabíamos que teníamos un largo camino por delante para crear esta aula verde”, afirma. “Sin embargo, desde su inicio, el proyecto fue diseñado para que se arraigara sólidamente en la comunidad y para sacar provecho de los conocimientos de los autóctonos”.

En una pequeña área residencial rodeada por campos cultivados llamada Ezbet Eshaq, en El-Fayoum (Egipto), el equipo de la BENAA trabajó en conjunto con una comunidad acogedora para empezar a construir su proyecto. “Los habitantes de Ezbet Eshaq nos acogieron de manera cálida y vieron en nuestro proyecto una oportunidad para mejorar la educación de sus hijos, así como para aprender y proteger juntos el medioambiente”, considera Rasha.

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La comunidad, y en particular los niños, participaron activamente en todo el proceso, tanto con enfoques innovadores para rellenar las botellas de plástico con arena como en la organización de las visitas guiadas para los visitantes. La BENAA lanzó una campaña con miras a incitar a los estudiantes de arquitectura para que se incorporaran como voluntarios en la construcción de la edificación. Nuestra idea era congregar a los miembros de las comunidades urbanas y rurales para fomentar el intercambio de conocimientos y enseñar a las nuevas generaciones de arquitectos técnicas de construcción ecológicas a partir de desechos sólidos y naturales”, explica Rasha.

Repensar los espacios de aprendizaje

El aula verde se convirtió en un espacio de aprendizaje abierto para impartir clases al aire libre y en patio de recreo con columpios y una pared de neumáticos fabricada íntegramente con materiales de desecho sólidos.

Se pudo hacer frente a los desafíos que se presentaron al inicio apoyándose en los conocimientos de la comunidad. Para responder a las preocupaciones sobre la sostenibilidad de las botellas plásticas, la comunidad ayudó con sus conocimientos a conseguir la arcilla que se utilizó como aislante en las paredes fabricadas con botellas.

“La participación de la comunidad ha sido decisiva para ponernos en contacto con la población local y ayudarnos a conseguir los materiales necesarios para seguir construyendo. Nos llevó tiempo ganarnos su confianza, pero compartir el objetivo común de proporcionar a los niños una educación adecuada aceleró el proceso”, afirmó Islam Abo El Dardaa, arquitecto y director del proyecto de BENAA.

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Para la Fundación BENAA, la historia de esta aula verde es una historia de crecimiento, esperanza y capacitación de toda la comunidad. A pesar de la falta de recursos y apoyo al principio del proyecto, este desafío fue el incentivo que impulsó al equipo. Ahora, ellos mismos se han convertido en un recurso, dedicados a educar a las personas para que puedan forjar un futuro más sostenible y respetuoso con el medioambiente.

La participación significativa de los jóvenes y de la comunidad en este proyecto local en Egipto propició una comprensión más profunda de la relación entre diversos enfoques de la EDS, como el empoderamiento de los jóvenes, la transformación de los entornos de aprendizaje y la participación de los agentes locales. Egipto elabora hoy en día su propia iniciativa nacional de EDS para 2030, en la que sobresalen las iniciativas en materia de EDS que se ajustan a los ambiciosos objetivos que establece la Hoja de ruta de la UNESCO de EDS para 2030.

En el marco de su labor de refuerzo de la educación para el desarrollo sostenible (EDS), la UNESCO destaca la contribución de la fundación BENAA de El Cairo en el contexto de la iniciativa a escala nacional en Egipto.

Como parte de los esfuerzos de la UNESCO con miras a reforzar la EDS, la  alienta a los Estados Miembros a que pongan en marcha iniciativas nacionales. Estas iniciativas tienen por objeto integrar la EDS en los Estados Miembros, al tiempo que se basan en las actividades existentes en materia de EDS en cinco ámbitos de acción prioritarios 1) Impulsar las políticas; 2) Transformar los entornos de aprendizaje; 3) Desarrollar las capacidades de las y los educadores; 4) Empoderar y movilizar a los jóvenes y 5) Acelerar las acciones a nivel local.