Exposición de Patrimonio Cultural Subacuático "La memoria sumergida"
Chile, emplazado a lo largo de la costa occidental de Sudamérica y con un vasto territorio insular, exhibe un importante y diverso potencial de patrimonio cultural subacuático: desde paleopaisajes sumergidos por cambios en los niveles del mar, hasta restos de innumerables embarcaciones naufragadas e infraestructura de los periodos colonial y republicano. Estas evidencias arqueológicas y su entorno representan valiosas fuentes de información primaria sobre el pasado, expuestas al riesgo de deterioro, destrucción y saqueo, las que merecen ser reconocidas y protegidas para el futuro.
Desde hace más de 20 años, la proporciona un marco de referencia que promueve la protección e investigación científica de los recursos naturales sumergidos en beneficio de la humanidad. Hasta mediados de 2024, la Convención había sido ratificada por 76 países, de los cuales 21 corresponder a la región de América Latina y el Caribe y cuenta con el apoyo de una amplia red de socios, entre ellos, universidades, centros de investigación y ONG.
Esta exposición en línea destaca la diversidad de manifestaciones que conforman el patrimonio cultural subacuático en Chile, el que ha comenzando a ser investigado en las últimas décadas, y la relevancia de avanzar como país marítimo hacia la ratificación de la Convención UNESCO de 2001, de forma consistente con su compromiso con la protección de los océanos a nivel global.
En octubre de 2023 esta exhibición estuvo montada en el Congreso Nacional de Chile en la ciudad de Valparaíso, para aumentar el conocimiento de los parlamentarios sobre la Convención de la UNESCO de 2001 e incentivar la adscripción a la Convención por parte del Estado chileno.
Desde el 29 de mayo de 2024 esta exposición está disponible en el (Condell 1546, Valparaíso).
Esta exposición fue desarrollada con el apoyo de la Secretaría de la Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático (2001) de la UNESCO con el financiamiento de la Agencia 貹ñDZa de Cooperación Internacional. Su contenido fue desarrollado por el Centro de Investigación en Arqueología Marítima del Pacífico Sur Oriental (ARQMAR) junto a la oficina de la UNESCO en Santiago.
Acompañe su visita al museo con este material
Lo cuático de lo subacuático
Paisajes inundados en Chile central
En la bahía de Quintero está el único yacimiento en Sudamérica de un paisaje inundado del periodo Pleistoceno final. Descubierto en 2005, este sitio ha permitido recuperar restos óseos muy bien conservados de grandes mamíferos extintos, como caballos, cérvidos, camélidos y milodones y también fauna menor como roedores, empleando métodos de sensoramiento remoto, análisis de sedimento, excavaciones y análisis especializados de los restos animales.
El estudio ha logrado reconstruir un ambiente de paleohumedal durante el último máximo glacial. Se trata de un paisaje actualmente inundado donde hubo megafauna y grupos humanos a lo largo de la costa Pacífico a fines del Pleistoceno, hoy cubierto por el mar.
La excavación arqueológica se realiza mediante cuadrículas que se despejan mediante el retiro controlado de los sedimentos usando mangas de succión.
El tratamiento de estabilización y conservación de los restos óseos implica su limpieza mecánica y desalinización mediante lavados progresivos.
Mandíbula de cf. Paleolama in situ.
Corrales de pesca y varaderos de embarcaciones
Los corrales de pesca son una categoría de sitio arqueológico intermareal distribuido desde el seno de Reloncaví hasta el canal Beagle, en el sur de Chile. Estas artes de pesca pasiva se asocian a poblaciones de adaptación marítima de tiempos históricos de los pueblo chono, kawésqar, yámana, huilliche y chilotes.
Consisten en muros de piedra que funcionan como trampas para peces cuando desciende la marea. Se presentan de forma individual o formando sistemas. Con frecuencia están asociados a varaderos de embarcaciones, despejes de guijarros o clastos en playas para facilitar el ingreso o salida de canoas.
En la foto, corral de muro simple de guijarros (cantos rodados) en marea baja, isla Tautil, seno de Reloncaví.
En la foto, corral de muro simple de guijarros en marea alta, isla Caguach, mar interior de Chiloé.
Varadero de embarcaciones doble (sitio Byron 09), isla Byron, golfo de Penas.
Embarcaciones de tradición indígena
Canoas monóxilas -tronco de árbol ahuecado-, y restos de dalcas o embarcaciones de tablones unidas mediante costuras de fibra vegetal son los hallazgos más recurrentes de embarcaciones de tradición indígena en Chile. Se han localizado en aguas interiores del sur y extremo sur de Chile, y excepcionalmente en ambientes marinos. Su antigüedad se remonta a tiempos históricos prehispánicos tardíos.
Con frecuencia estos hallazgos son recuperados de manera no controlada y a través del tráfico ilícito pasan a formar parte de colecciones privadas.
En la foto, canoa monóxila N°2, fechada en 330+- AP, sitio “Dos Canoas”, en el lago Calafquén.
Plazas fortificadas y puertos estratégicos hispanos del período colonial. Un presunto naufragio.
Una investigación reciente que tuvo por objetivo explorar evidencias arqueológicas relacionadas con actividades del siglo XVIII en ambientes acuáticos cerca de la Plaza de Valdivia, identificó y documentó yacimientos y hallazgos aislados. Un naufragio en la costa Pacífico, con presencia de artillería, objeto de saqueos en el río Valdivia; y en la bahía Corral, estructuras y elementos relacionados con defensas de la Colonia, afectada por el hundimiento del terreno por el terremoto de 1960.
En la foto, fundaciones labradas en la roca de la batería de Carboneros, isla del Rey, en la baja marea. Diseñada en 1785 por el ingeniero A. Duce para proteger el acceso de los ríos Valdivia y Tornagaleones. Quedó en la franja intermareal debido al terremoto de 1960.
En la foto: Documentación de una sección colapsada del muro del baluarte del Castillo de Niebla, sur de Chile.
Naufragios y contacto cultural
Los naufragios con frecuencia dieron origen a contacto entre marinos europeos y grupos indígenas. La fragata británica HMS Wagner naufragó en 1741 en el golfo de Penas, Patagonia occidental. Allí hubo interacción entre los sobrevivientes y canoeros kawesqar y chono, evento que desencadenó expediciones y misiones de evangelización a los grupos canoeros, emprendidas desde Chiloé.
Prospecciones arqueológicas costeras y subacuáticas en las islas Wagner y Byron (Reserva nacional Katalalixar), permitieron localizar un sitio sumergido con restos de una nave y de cultura material europea e indígena.
En la foto: Yacimiento en el intermareal de la isla Byron que contiene cañones de hierro fundido fabricados en la Inglaterra Tudor, de fines del siglo XVI.
Presencia de restos humanos, memoria y lugares de valor simbólico
Los sitios arqueológicos de naufragio comúnmente contienen y conservan restos humanos. La Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático de 2001 obliga a los Estados Partes que se respeten los restos humanos en aguas marítimas y que las actividades eviten perturbar innecesariamente estos restos. Buques de guerra como el vapor Cazador (1985) y la corbeta Esmeralda (1879), entre otros, representan casos sensibles donde se combinan la relevancia patrimonial y el potencial arqueológico y simbólico de lugares de conmemoración.
Foto: Proceso de recuperación de restos humanos en el marco del peritaje arqueológico subacuático en 2010.
Patrimonio bajo la cota cero de las ciudades-puerto
Los recursos culturales sumergidos: parte invisibilizada e integral del legado patrimonial urbano
El escasamente explorado patrimonio cultural subacuático de las ciudades-puerto ha comenzado a ser investigado. A partir del periodo republicano, Valparaíso se transformó en un enclave en el Pacífico sur oriental. Las condiciones de la bahía contribuyeron a la ocurrencia de naufragios y accidentes. La barca alemana Potsdam (1906) es un ejemplo del extenso y diverso patrimonio bajo la cota cero de una ciudad cuyo casco histórico es Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Entre los bienes de consumo importados como cargamento de la Potsdam, destacan juegos de loza con motivos infantiles, partes de muñecas de loza y canicas cerámicas.
La barca Potsdam era un velero alemán de tres palos construido en acero que naufragó el 17 de enero de 1891 en el sector del Bajo del Buey. En el sitio aún se observan cajones de madera que contienen botellas de bebidas alcohólicas concrecionadas y que formaban parte de un cargamento surtido (sitio VP _53).
La barca alemana Potsdam (1906) es un ejemplo del extenso y diverso patrimonio bajo la cota cero de una ciudad cuyo casco histórico es Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 2003.