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La violencia de género en las redacciones periodísticas de América Latina: Un problema latente y propuestas para afrontarlo
Esta realidad pone de relieve el largo camino por recorrer en la lucha contra la violencia de género en los espacios de trabajo periodístico de la región.
Desde 2015, con el impacto del movimiento Ni Una Menos que surgió en Argentina y se extendió a toda la región, los medios han estado bajo presión para abordar esta problemática. Casi una década después, aunque persisten los desafíos, ha habido avances en algunos medios que buscan responder a esta crisis.
La violencia de género, que históricamente se ha manifestado en los espacios físicos de trabajo, se ha intensificado en los últimos años con una nueva modalidad: la violencia digital, acompañada de discursos de odio y desinformación en redes sociales.
Un estudio reciente realizado por la , en colaboración con la Federación de Periodistas de América Latina y el Caribe () y el apoyo del Programa Internacional para el Desarrollo de la Comunicación (PIDC), profundiza sobre esta problemática.
Titulado “Protocolos de Violencia de Género contra Mujeres Periodistas en América Latina: ¿Qué hacen y qué deberían hacer las organizaciones de medios?”, el proyecto revela datos alarmantes sobre la prevalencia de violencia tanto online como offline en las redacciones de la región.
Investigación y hallazgos clave
Este proyecto recogió testimonios de periodistas y directivos de 95 medios en 14 países, documentando 96 casos de violencia de género.
Los resultados reflejan una situación inquietante: el 57% de los medios carecen de protocolos para abordar estos casos, y en aquellos donde se denuncian incidentes, las represalias son comunes.
Un 41.5% de los denunciantes han enfrentado consecuencias negativas, como despidos, amenazas, reducción de oportunidades laborales o solicitudes de renuncia. Además, en la mayoría de los casos (54.5%), los agresores permanecen impunes.
Los testimonios recolectados evidencian diferentes tipos de violencia. En un caso de violencia física y verbal, un operador discutió con una directora de radio, intimidándola con su cuerpo y cuestionando su posición y formación profesional.
Otro caso, de violencia política, implicó la detención momentánea de dos periodistas por parte de la policía, generando temor por su integridad.
En el ámbito digital, un directivo despidió a una colega por ejercer violencia psicológica; en represalia, borró su trabajo y publicó contenido ofensivo en redes, dañando su reputación.
¿Quiénes son los agresores?
El perfil de los agresores varía según el tipo de violencia. En el ámbito offline, un 49% de los agresores son personas en cargos jerárquicos, mientras que en el caso de la violencia online, un 31.5% pertenecen al sector gubernamental y político.
Esto pone en evidencia una dinámica de poder donde el liderazgo en muchos medios de América Latina está tristemente asociado a la violencia de género.
Protocolo Marco de Atención
Una de las principales iniciativas del proyecto fue la creación de un “”.&Բ;
Esta herramienta fue diseñada para ayudar a las organizaciones de noticias que aún no disponen de protocolos específicos, proporcionando pautas para prevenir y enfrentar situaciones de violencia de género.
El protocolo fue desarrollado con la colaboración de 32 medios de 12 países, y se construyó sobre la base de 27 protocolos existentes en 11 países de la región, algunos de ellos pertenecientes a organizaciones de noticias y sindicatos.
Campaña de sensibilización
Como parte de las acciones del proyecto, se lanzó una campaña de sensibilización en redes sociales, donde comunicadores y periodistas de toda la región se unieron para visibilizar la violencia en las redacciones.
La campaña incluyó testimonios de figuras como Alejandra Malem, Alejandra Valle y Federico Pellegrino, y reunió un total de 44 piezas visuales que reflejan la realidad de esta problemática en los medios.
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Los hallazgos de esta investigación ponen en evidencia la prevalencia de la violencia de género en el ámbito periodístico de América Latina. Aunque algunos medios han avanzado en la creación de áreas específicas y protocolos, estos esfuerzos son insuficientes.
El liderazgo en los medios de la región sigue estando condicionado por dinámicas de poder que propician un ambiente hostil para las mujeres periodistas. En respuesta, muchas de ellas recurren al apoyo de sindicatos y redes de periodistas especializados, que actúan como un sostén vital ante estas situaciones.
Mientras tanto, queda claro que la implementación de protocolos y políticas efectivas es una tarea pendiente para garantizar un entorno de trabajo seguro e inclusivo en las redacciones de noticias de América Latina.