Maria, refugiada ucraniana en Moldavia: "Estos programas son muy interesantes y nos ayudan mucho, y comprendemos que no estamos solos aquí. Gracias a los programas de información, conocemos nuestros derechos y obligaciones en esta sociedad".
Financiado por el Gobierno de Japón como proyecto de emergencia en el marco del Plan Regional de Respuesta a los Refugiados de las Naciones Unidas para la Situación de Ucrania, la UNESCO apoyó a TRM en la producción y difusión de programas accesibles a los desplazados ucranianos para ayudarles a establecerse y reconstruir sus vidas en Moldavia. El Excmo. Sr. Yamada Yoichiro, Embajador de Japón en la República de Moldavia, subrayó que los derechos y libertades de los ciudadanos deben protegerse tanto en tiempos de paz como de guerra.

Daria Russu, presentadora del programa "Semanal" de TV Moldova 1, de 30 minutos de duración y en ucraniano, señaló el reto que supone para los refugiados acceder a noticias creíbles en su lengua materna: "Los refugiados ucranianos no tienen dónde informarse sobre Moldavia ni sobre el mundo en general. Precisamente por eso es necesario este proyecto, para que puedan obtener información verificada, veraz y completa en su lengua materna".
A lo largo de siete meses, TRM emitió casi 100 programas para decenas de miles de refugiados ucranianos en Moldavia. Abarcaron una amplia gama de temas, como la salud, la educación, la vivienda y la vida cotidiana en el país de acogida. Se entrevistó a más de 200 refugiados, expertos nacionales y agentes humanitarios, que aportaron valiosas ideas y perspectivas a los programas.

Un componente clave del proyecto fue un estudio de referencia sobre los hábitos mediáticos y las necesidades de información de los refugiados ucranianos, encargado por la UNESCO a su socio a largo plazo, el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC).
Loreana Sacara, coordinadora de proyectos de TRM, destacó que los programas se diseñaron basándose en los resultados de la investigación: "Los programas consiguieron pronto una amplia audiencia fiel tanto entre los refugiados como entre la población local. Se emitían en ucraniano con subtítulos o voz en off en rumano".

Al abordar los conceptos erróneos y contrarrestar la desinformación, las emisiones fomentaron el diálogo y el entendimiento entre los refugiados y las comunidades de acogida. Un espectador comentó: "Los programas de radio y televisión nos han abierto los ojos y han servido de puente entre las comunidades locales y los refugiados."
El éxito del proyecto se garantizó integrando a profesionales de los medios refugiados en los equipos de producción. Se contrató a un total de 16 camarógrafos, reporteros, editores de vídeo y radio e intérpretes ucranianos desplazados, a los que se formó en producción y tecnología modernas de radiodifusión.

Casi 50 empleados fijos de TRM participaron en el proyecto. Algunos produjeron una serie infantil dedicada a enseñar a los niños ucranianos en rumano, la lengua principal de Moldavia. A lo largo de 19 episodios, la serie mostraba la amistad entre Aura, de Moldavia, y la ucraniana Tania, y ayudaba a los niños a aprender nuevas palabras y nombres en ambos idiomas.
Rodica Gornea, refugiada ucraniana, agradeció las emisiones para sus hijos. "Estos programas crean una sensación de calidez y cariño en un lugar nuevo y ayudan a nuestros hijos en el proceso de adaptación, en el aprendizaje de una nueva lengua y cultura", afirma.
Hoy TRM continúa sus producciones semanales, ayudando a miles de refugiados ucranianos en el país de acogida.
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