La mayoria de los Pequeños Estados insulares, en desarrollo en el Caribe, tienen unas populaciones relativamente pequeñas: Belize tiene una populación de aproximadamente 400.000 personas y la pequeña isla de Aruba tiene sólo un poco más de 100.000 habitantes.
En este contexto, los miembros de la comunidad crean fuertes lazos entre ellos e interactuan en espacios comunes sociales y culturales. Reúniones diarias incluyen intercambios muy expresivos de “Buenos dias, good-morning, bon tardi, hola qué tal, Yеѕ І'ѕ, Whаt'ѕ uр, wah gwaan" ассоmрañados con abrazos, golpe de puños y combinaciones elaboradas de apretón de manos.
Todos estos elementos y entornos son lugares en cuales normas culturales, idioma y expresiones están en plena visualización. Por el tiempo de la crisis sanitaria mundial, con la introducción de la medida cautelar de "distanciamiento social" que limita la propagación del virus COVID-19 mediante contagio de una persona a otra, todos estas normas, expresiones sociales y culturales han sidos pausados.
COVID-19 impacta en la dinámica sociocultural
A pesar del "distanciamiento social", la gente parece socializar más, revisan a los ancianos para saber si están bien, los llaman más a menudo y comprueban si tienen comida, agua y desinfectantes. Esto está cambiando ligeramente la cultura porque la gente está muy preocupada por la gravedad del virus . Nos hace saber que debemos preocuparnos por los demás y que tenemos que llegar a ellos, aunque manteniendo la distancia recomendada, la gente se necesita en todo momento.
Un jugador se prepara triunfalmente para derribar un azulejo de dominó en New River, St Elizabeth, el viernes pasado. Se ha instado a los jamaicanos a observar las pautas de distancia social para frenar la propagación de COVID-19, estos hombres, poniéndose máscaras faciales, no pudieron resistirse a jugar su juego favorito. © Ian Allen.
Reformando la cultura familiar
La cultura caribeña también es conocida por sus fuertes lazos familiares. A pesar de las estructuras familiares diferenciadas, no es sorprendente que haya una fuerte interdependencia social y económica entre los miembros de la familia. Los abuelos, primos, tíos y tías viven cerca o en la misma casa. En el período anterior a Covid 19, los que vivían cerca tenían reuniones de rutina. Ahora que el Covid ha llegado, estas dinámicas sociales están siendo puestas a prueba.
Muchas personas experimentan lo mismo y lentamente, a veces incómodamente, negocian los cambios sociales y culturales que se desarrollan en esta situación de crisis.
Por otro lado, la práctica del "distanciamiento social" podría rеіnfоrсe ехрrеѕіоneѕ, рrасtісaѕ y los lazos familiares. Las familias pueden ser creativas en la búsqueda de soluciones para entretener a sus hijos y educarlos en el hogar. Las madres, los padres y los abuelos tienen ahora más tiempo junto con sus hijos en casa para preparar y compartir comidas y redescubrir la cultura familiar.
Como han demostrado los efectos de los recientes huracanes, la cultura es esencial para aumentar la resistencia de las comunidades caribeñas en tiempos de crisis. El distanciamiento social al que nos enfrentamos hoy en día debido a la pandemia, y la pérdida de fomas de vida y oportunidades económicas asociadas a las industrias culturales, incluido el turismo, plantean un desafío adicional, especialmente cuando cambian las relaciones dentro de las familias, los vecindarios y las comunidades más grandes. Sin embargo, podemos esperar una mejor transferencia de los conocimientos tradicionales y las prácticas del patrimonio cultural vivo, un auge de la creatividad y un aumento del acceso digital a los recursos culturales a través de una forma diferente de interactuar con las personas.
La cultura nos hace resistentes
La UNESCO, en su calidad de Organización de las Naciones Unidas para la Cultura, se ha fijado como misión promover el acceso a la cultura durante esta época de autoaislamiento y confinamiento. La campaña de medios de comunicación social de la UNESCO #ShareCulture anima a las personas de todo el mundo a compartir su cultura y creatividad en línea. Otros esfuerzos se dirigen a aumentar
Ahora, más que nunca, la gente necesita la cultura. La cultura nos hace resistentes. Nos da esperanza. Nos recuerda que no estamos solos. Por eso, la UNESCO hará todo lo posible para apoyar la cultura, salvaguardar nuestro patrimonio y potenciar a los artistas y creadores, ahora y después de que esta crisis haya pasado.
El artículo, escrito por Catherina Schönhammer (UNESCO), se inspiró en Nigel Encalada, Director del Instituto de Investigación Social y Cultural de Belice (ISCR) del Instituto Nacional de Cultura e Historia (NICH). Encalada es un facilitador de la Convención de 2003 de la UNESCO para el Patrimonio Cultural Inmaterial.