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Ma Bistrass! Para que no lo olvidemos - Recordando el genocidio romaní y sinti
Este ensayo fotográfico se basa en la Dzó “Ma Bistrass! Para que no lo olvidemos” de Luigi Toscano, uno de los Artistas de la UNESCO para la Paz, quien fotografió y entrevistó a los últimos supervivientes del genocidio romaní y sinti, así como a sus descendientes con el objetivo de captar sus historias, caracteres y fuerza, y poner de relieve el futuro de cada uno de ellos.
La Dzó, organizada en colaboración con la UNESCO y la Fundación Memoria, Responsabilidad y Futuro (Fundación EVZ), desea enviar una señal contundente contra la discriminación de los sinti y los romaníes, a la vez que promueve el reconocimiento y valoriza estas comunidades y su cultura.
Con motivo del Día Internacional para la Conmemoración y Dignificación de las Víctimas del Crimen de Genocidio y de la Prevención de este Crimen (9 de diciembre) de las Naciones Unidas, la Dzó podrá visitarse en la Sede de la UNESCO en París entre el 5 y el 19 de diciembre de 2024.
Maria Kopylenko, nacida en 1949
Judíos y romaníes fueron tuvieron que cavar sus propias tumbas en el terreno deportivo de la localidad donde vivía Maria Kopylenko. Su tía y su prima fueron trasladadas a ese lugar. Su prima llevaba de la mano a una niña a la que le habían disparado.
De modo que cayó en la fosa con ellas y esperó a que cayera la noche para escapar. “En realidad es un milagro, es obra de Dios que mi prima pudiera sobrevivir”.
Koloman Kadet, nacido en 1936
En 1943, el padre de Koloman Kadet fue deportado por la Wehrmacht y desde entonces permanece desaparecido. Su familia romaní húngara vivió escondida durante la guerra.
“Sólo quiero saber dónde los nazis enterraron a mi padre. Daría cualquier cosa por saberlo”.
Raisa Biryuchenko, nacida en 1939
Raisa Biryuchenko escapó de la guerra y ahora vive con su hijo y sus nietos. Durante la Segunda Guerra Mundial su casa quedó en ruinas. “Los soldados nazis me obligaron a ver cómo fusilaban a mi hermano pequeño. A mi madre y a mí nos deportaron hacia Polonia para realizáramos trabajos forzados”. Raisa conserva vívidos recuerdos del día en que ella y su madre escaparon saltando del tren en marcha y adentrándose en los campos.
Wladimir Litowtschenko, nacido en 1949
Wladimir Litowtschenko es romaní y siente mucho orgullo pues su padre recibió muchas condecoraciones como soldado en el frente durante la guerra. Su madre se quedó en casa con los niños, sus hermanos mayores. “La guerra y lo que vino después fue una experiencia muy dura. A veces padecimos hambre. Hay que entender que la guerra es la guerra”.
Alla Matyushenko, nacida en 1947
El tío de Alla Matyushenko era soldado del Ejército Rojo.
Fue uno de los primeros tanquistas del Ejército Rojo que entró en Berlín durante la liberación.
Helena Kurová, nacida en 1944
“Tuvimos que escondernos después de que deportaron a mi padre a un campo de concentración. Él regresó y murió pocos días después. Soy una romaní orgullosa. Traje 11 hijos al mundo y no dejaré que nada ni nadie me desanime”.
Hanna Pechnikova, nacida en 1948
El abuelo de Hanna Pechnikova es guardia de seguridad, su abuela trabajaba como cocinera. “Así sobrevivimos”. Después de la guerra, siempre se sintió bien tratada como romaní.
Bartoloměj Begala, nacido en 1944
Bartoloměj Begala es un romaní húngaro. Su padre, con discapacidad de audición y habla, fue internado a la fuerza en un campo de trabajo. Recuerda que su familia sufrió la pobreza incluso después de la guerra. Iba a la escuela sin mochila ni nada que comer.
Anna Koníková, nacida en 1939
Anna Koníková recuerda que a los hombres los deportaron para que realizaran trabajos forzados. Las mujeres y las madres fueron violadas. Anna tuvo que beber de los charcos durante la huida para poder sobrevivir.
Karel Berousek, nacido en 1939
De camino a la deportación un oficial de la policía local advirtió a los familiares de Karel Berousek de que no acudieran al punto de concentración y se escondieran en el campo hasta que terminó la guerra. Los demás miembros de su familia fueron deportados a Auschwitz-Birkenau.
Olga Andreychenko, nacida en 1947
El padre de Olga Andreychenko combatió durante la guerra. Fue herido, contrajo tuberculosis y murió en 1953.
Olga Budínská, nacida en 1944
Olga Budínská sólo tenía un año cuando logró sobrevivir a la persecución de los nazis. Hoy vive en una pequeña ciudad a las afueras de Praga en condiciones muy precarias. Incluso después de la guerra, sufrió violencia y acoso: “Aún mucho después de la guerra, y hoy en día, se nos discrimina como romaníes. Algunos miembros de mi familia fueron esterilizados a la fuerza”.
Ivan Danchenko, nacido en 1949
El tío de Ivan Danchenko murió en la guerra. Él mismo tuvo que huir y regresó a la actual Lviv (Ucrania) cuando ésta terminó.
La Dzó forma parte de un proyecto más amplio mediante el cual Luigi Toscano se esfuerza en hacer los retratos de los diferentes grupos de personas que fueron víctimas de los nazis. Desde 2014 ha fotografiado a unos quinientos supervivientes de la persecución nazi, y el proyecto ha sido compartido con casi dos millones de visitantes en todo el mundo.