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El arte y la cultura como motores de integración

Cada 18 de diciembre se conmemora el Día Internacional del Migrante, una fecha que invita a reflexionar sobre los desafíos que enfrentan las personas migrantes en su proceso de integración y su contribución al desarrollo de las comunidades de acogida.
Precisamente, el proyecto "Tejiendo Culturas", ejecutado por las oficinas de la UNESCO y la entre agosto y noviembre de 2024 en las ciudades de Trujillo y Arequipa, contribuyó con la integración y cohesión social entre las comunidades refugiadas, migrantes y de acogidas, mediante el fortalecimiento de capacidades y el financiamiento de proyectos culturales. El 10 de noviembre se realizó el conversatorio "Somos migrantes: testimonios desde la literatura y el arte" en el , como parte de sus actividades de cierre.
En el evento participaron dos mujeres cuyas experiencias y acciones reflejan la complejidad del fenómeno migratorio: Diana Moncada González, escritora venezolana residente en el Perú, y Lucero Condori Rivera, artista y gestora cultural de Arequipa, una de las cinco regiones del Perú con más población migrante y refugiada venezolana.
En este contexto, entrevistamos a estas dos mujeres cuyas experiencias y acciones reflejan la complejidad del fenómeno migratorio:
Diana Moncada González: escritora venezolana residente en el Perú
Diana Moncada González, nacida en Caracas, llegó al Perú en 2018. Su proceso de adaptación no estuvo exento de desafíos: “Esos primeros años fueron difíciles, tanto en lo económico como en lo emocional. Sin embargo, siento que me adapté bien, aunque no fue ni es un proceso lineal. Creo que migrar es un proceso continuo, uno nunca termina de hacerlo por completo. Con el tiempo se vuelve más llevadero, pero siempre hay momentos de extrañeza y nostalgia que te acompañan”.
Como escritora, su obra se ha visto influenciada por su experiencia migratoria. Su poemario Cuerpo crepuscular (2015), publicado antes de dejar Venezuela, difiere considerablemente de Objeto distante (2022), escrito en Perú. En este último poemario el ´yo´ se desvanece para dar lugar a un ´nosotros´: “Lo escribí en un momento en el que sentía que el poema no necesitaba de mi ´yo´ para existir. Ese retraimiento coincide con el retraimiento propio de quien migra, ya que la migración puede convertirse, en cierto momento, en una forma de olvidarte de ti misma mientras intentas adaptarte a un nuevo país.”
Desde su experiencia como escritora migrante, Diana reflexiona sobre el impacto de la migración en la literatura: “La migración descentra la lengua, te obliga a escribir desde otro lugar, bajo otras necesidades y en negociación permanente con una realidad presente que muchas veces es hostil con el migrante.”
¿Cuáles crees que son los principales desafíos que enfrentan las mujeres artistas migrantes en su proceso de integración en el sector cultural peruano?
El principal desafío es empezar desde cero, construyendo una presencia en un espacio cultural desconocido. Sin embargo, este proceso se ve condicionado por los estereotipos que rodean a los escritores migrantes, a quienes se les exige abordar su experiencia migratoria como único tema válido. En mi caso, mi poesía no se centra en mi país ni en mi migración, pero mi experiencia migratoria ha transformado mi escritura de manera más profunda, especialmente en mi relación con la lengua.
Escribir desde una perspectiva migrante no significa abandonar las raíces, sino integrar nuevas sensibilidades y tradiciones. Como lo expresó Roberto Bolaño, la literatura nacional es impura y se nutre de lo ajeno. Esta perspectiva me ha permitido madurar como escritora y entender que la literatura trasciende fronteras y nacionalidades.
¿Qué papel consideras que desempeñan la literatura y el arte en los procesos de integración de la comunidad migrante?
La migración transforma la relación con el lenguaje y el lugar desde el cual se escribe. Aunque compartamos el idioma, los significados cambian, lo que obliga a repensar nuestras voces literarias. En mi caso, publicar mi segundo poemario en Perú fue un acto de autoafirmación, un modo de reclamar un espacio en un contexto desconocido.
El arte y la literatura crean espacios propios, autónomos, donde las identidades se entrelazan y se expresan sin restricciones geográficas ni culturales. Esos espacios permiten que las comunidades migrantes no solo compartan sus historias, sino también encuentren un punto de conexión con las culturas locales.
Lucero Condori Rivera: artista y gestora cultural arequipeña
Lucero Condori Rivera, nacida en la región peruana de Ica, se trasladó con su familia a la ciudad de Arequipa, donde se establecieron desde el año 2006. Este episodio de su vida que forma parte de la memoria familiar despertó en ella una sensibilidad particular hacia la realidad de las comunidades migrantes.
En 2019, fundó junto a Nathaly Gonzales la asociación cultural , dedicada a preservar y revalorizar el arte tradicional de las mujeres sikuris del Perú y Latinoamérica. A través de espacios seguros de formación artística, esta organización promueve la inclusión y el empoderamiento de mujeres migrantes en Arequipa.
Como integrante de la comunidad de acogida de Arequipa, Lucero destaca el papel del arte en el fortalecimiento del tejido social local: “La cultura se convierte en un lenguaje común que permite que las diversas comunidades locales y migrantes se encuentren y se reconozcan mutuamente”.

¿Qué actividades y proyectos has realizado en favor de la integración de la comunidad migrante en Arequipa, Perú?
Desde , he liderado talleres como Aprendiendo Sikuri, que conectan a personas migrantes y locales a través del aprendizaje de instrumentos tradicionales. Estos espacios no solo fortalecen la identidad cultural, sino que también crean redes de apoyo fundamentales para la integración.
Además, he coordinado eventos como el Encuentro Warmi Sikuris y Warmi Lakitas en Latinoamérica, donde mujeres diversas se reúnen para celebrar la interculturalidad. Estos proyectos no solo resaltan el valor de las prácticas ancestrales, sino que también generan diálogos transformadores entre comunidades locales y migrantes.
¿Por qué considera importante conmemorar el Día Internacional del Migrante y qué mensaje le gustaría compartir en esta fecha?
Conmemorar esta fecha es un llamado a reconocer las contribuciones de las personas migrantes y promover políticas inclusivas. La migración no solo enriquece nuestras comunidades, sino que también desafía a las sociedades a repensar sus valores y su capacidad de inclusión.
Mi mensaje para este día es simple pero poderoso: celebremos la diversidad y trabajemos juntos para construir espacios donde todas las personas se sientan valoradas, respetadas y capaces de contribuir plenamente a nuestras comunidades.
Sobre el proyecto “Tejiendo Culturas”
El proyecto “Tejiendo Culturas” es resultado de un trabajo sostenido con la OIM y representa la cuarta intervención conjunta de ambas agencias desde 2021.
Gracias a este proyecto, se fortalecieron las capacidades en financiamiento y sostenibilidad de proyectos culturales de 70 personas de las comunidades migrante y de acogida de Arequipa y Trujillo, y se financiaron 6 iniciativas culturales en ambas ciudades, impulsando su ejecución eficiente con planes de gasto sostenibles. De esta manera, el proyecto aportó al empoderamiento económico y a la integración de estas comunidades a través del arte y la cultura.
Para más información sobre el proyecto, haz clic aquí